Los usuarios de la nueva terminal sólo podrán llegar a Barajas en coche o autobús
El PSOE asegura que las señales de las carreteras hasta el aeropuerto inducen a confusión
La nueva terminal de Barajas (T-4) se inauguró ayer por todo lo alto y con grandes halagos de las autoridades, pero los ciudadanos no podrán acceder a ella directamente en metro. Los viajeros que deseen llegar a las nuevas instalaciones deberán usar su coche, ir en taxi o coger uno de los autobuses lanzadera gratuitos que unen la nueva terminal con las antiguas. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, aseguró durante la inauguración que la ampliación de Barajas "significa empleo, riqueza y bienestar" y que generará 41.000 empleos directos y 225.000 en total.
Hasta mayo de 2007 tendrán que esperar los ciudadanos que quieran llegar en metro a la nueva terminal del aeropuerto. Un aeropuerto que, según la presidenta regional, Esperanza Aguirre, se convierte en "uno de los grandes de la UE y del mundo".
El portavoz socialista en la Asamblea, Rafael Simancas, responsabilizó a Aguirre de haber "paralizado la ampliación del metro de forma injustificada". Para el líder socialista, el único motivo de este retraso es que el Ejecutivo autonómico ha buscado "la confrontación con el Gobierno de España". El responsable del PP de Infraestructuras en la Comunidad, Pablo Morillo, replicó que la T-4 podría haber estado lista hace año y medio, y que ese retraso ha hecho que la región "pierda un importante potencial de crecimiento en empleo y riqueza".
Según Morillo, aunque los Ejecutivos central y regional se hubieran puesto de acuerdo en 2003 para ampliar la red de metro hasta la T-4, "esta obra habría estado inutilizada durante año y medio", cuando, alegó, la Comunidad tiene "otras necesidades prioritarias de metro".
Tampoco estará disponible hasta 2009 o 2010, según los cálculos más optimistas del portavoz socialista de Transportes, José Quintana, el tren de cercanías planeado por el Ministerio de Fomento. El departamento que dirige Magdalena Álvarez aprobó el pasado marzo un proyecto para conectar por tren la estación de Chamartín con la nueva terminal.
Según los planes de Fomento, esta obra, que todavía depende de que el Ministerio de Medio Ambiente prepare la correspondiente declaración de impacto ambiental, tendrá una longitud de 8,4 kilómetros, la mitad de ellos en forma de túnel, y atravesará bajo tierra el futuro barrio de Valdebebas. El Gobierno central aceptó la propuesta del autonómico para que el cercanías que llegue a la T-4 enlace con el tren ligero que conectará Pinar de Chamartín con Sanchinarro. Todo el proyecto tiene un coste inicial de 196,7 millones de euros.
Tras el metro y el tren, el tercer medio de transporte en discordia es el automóvil. El Gobierno central aprobó el viernes la supresión del peaje para los vehículos en el ramal 5 de la carretera M-110, a la altura con el cruce de la autopista de pago R-2. Los más beneficiados por la decisión gubernamental serán los habitantes del norte de Madrid, fundamentalmente los que viajen al aeropuerto desde localidades como San Sebastián de los Reyes o Alcobendas.
Pero esta decisión no impedirá que sortear los peajes se convierta en una ardua tarea para los conductores que no estén dispuestos a pagar. El socialista Quintana criticó que la información en las carreteras es muy confusa y que en muchas ocasiones "el conductor no sabe si se está metiendo en una zona de peaje o gratuita". Según Quintana, el itinerario alternativo a la autopista de peaje puede hacer que el acceso a la T-4 lleve 20 o 30 minutos, cuando el de pago rondaría los ocho o 10 minutos.
El 13% de la riqueza
El alcalde de Madrid destacó la importancia que la ampliación del aeropuerto tendrá en la economía de la región. Según sus cálculos, a los 41.000 empleos que generará lo que será el segundo aeródromo de Europa en número de viajeros y el décimo a escala mundial, hay que sumar los cerca de 184.000 que creará en otros sectores.
Ruiz-Gallardón recordó que Barajas representa el 8,9% de todo el empleo del área metropolitana y que se trata de "la primera empresa de Madrid". "Nada aporta más a la riqueza madrileña que el aeropuerto", sentenció.
Para la ministra de Fomento la inauguración de la T-4 supondrá un gran impacto en la economía, el turismo, en la capacidad para crear empleo y en el desarrollo y cohesión territorial en toda España, aunque reconoció que "la incidencia será mayor en el entorno más cercano". Magdalena Álvarez dijo que Barajas supone ahora el 13% del Producto Regional Bruto. Esperanza Aguirre expresó su "enorme satisfacción" por la puesta en marcha de la nueva área terminal, y sostuvo que "la economía madrileña necesitaba imperiosamente la ampliación".
Protestas por el ruido
Coincidiendo con la inauguración de la nueva terminal de Barajas, más de 250 vecinos de las urbanizaciones madrileñas de Ciudad Santo Domingo, Fuente del Fresno, Ciudalcampo y Club de Campo se concentraron ayer frente a la terminal 2 del aeropuerto. El motivo, el ruido provocado por los sobrevuelos y aproximaciones de aviones que sufren desde la ampliación de Barajas en noviembre de 1998.
Durante unos 30 minutos, y con ruidos de bocinas, medio centenar de vehículos bloquearon de forma pacífica los accesos de la terminal.
Esta misma protesta se produjo el pasado sábado. Uno de los residentes, José María Serrano, recordó que, el pasado 7 de julio, AENA -organismo público que gestiona los aeropuertos- modificó rutas de entradas y salidas "multiplicando" los ruidos, sobre todo durante las noches. "Los vecinos denunciaron indicios de corrupción y falta de justificación técnica en los trazados", concluyó Serrano.
La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, aseguró que no olvida a los cerca de 500.000 vecinos que se verán afectados por los ruidos de las aeronaves que utilizarán las cuatro nuevas pistas de Barajas. Aguirre se comprometió con los vecinos afectados a buscar "junto a ellos" las soluciones "más satisfactorias para conjugar la existencia del aeropuerto que Madrid necesita con la calidad de vida de los madrileños".
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