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Los propietarios del Windsor dicen que el edificio ardió por la negligencia de los vigilantes

Los dueños del rascacielos Windsor aseguraron ayer que el edificio ardió por la actuación "negligente" de una empleada que originó el fuego al arrojar una colilla mal apagada en una papelera y de los vigilantes encargados de la seguridad. Esto, afirman, es lo que puede deducirse de las pruebas de la investigación judicial.

Eva R., supervisora de riesgos laborales de la empresa Deloitte, estuvo en su despacho de la planta 21ª entre las cuatro de la tarde y las once de la noche. Admitió que fumó hasta media hora antes de marcharse. Asón Inmobiliaria, propietaria del rascacielos destruido el 13 de febrero de 2005, indicó que en la instrucción ha quedado acreditado que el Windsor cumplía la normativa antiincendios.La empresa cree que la respuesta de los bomberos ante el incendio "fue más que mejorable" y recuerda que el fuego se inició en el despacho 09 de la planta 21ª y detalla que, cuando sonó la alarma, sólo había dos personas: una en la planta 9ª y otra en la 21ª.

La empleada de la planta 21ª "admitió que fumó en el despacho", y en la grabación de la cámara de seguridad se la ve abandonar el edificio "dos minutos después de que la alarma de incendios advirtiera de que había fuego en su planta".

A partir de ese momento, "la asombrosa negligencia de los vigilantes de seguridad hizo el resto", según los propietarios, quienes añaden que éstos "ni hicieron absolutamente nada por apagar el fuego en sus primeros estadios, ni llamaron de inmediato a los bomberos, perdiendo un tiempo precioso que condenó al Windsor".

Los propietarios añaden que los bomberos "llegaron al incendio cuando era tarde" y el fuego rompía por la fachada pasando a la planta 22ª. "Lo cierto es que a pesar del número creciente de bomberos que se encontraban allí, atacaron el fuego durante poco más de 10 minutos y no con continuidad".

De sus declaraciones y de los informes periciales que obran en autos, resulta, según Asón, que "no estaban preparados para apagar un incendio en la planta 21ª de un edificio con fachada de cristal ("muro cortina") en el que el fuego se propaga entre plantas más fácilmente por la menor resistencia de esa fachada que los muros tradicionales". Esta realidad explica "la insistencia de los bomberos ante el juez por culpar o sacar defectos al edificio".

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El comunicado concluye que "aclarado en buena medida lo sucedido, la empresa propietaria del edificio confía en poder resarcirse del extraordinario perjuicio que se le ha ocasionado".

Fuentes del Ayuntamiento de Madrid, responsable de la actuación de los bomberos, replicaron a la empresa afirmando que el estado del edificio "también era más que mejorable" y que la propietaria del Windsor no debería culpar a los efectivos de bomberos de los daños sufridos.

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