Valencia ante su reto

La celebración de la Copa del América en 2007 es una gran oportunidad que Valencia no puede desaprovechar. El mensaje, mil veces repetido, fue lanzado ayer de nuevo a los asistentes, en su mayoría empresarios, en una jornada celebrada en la Bolsa de Valencia sobre los retos de la economía valenciana. Tal vez aún quede algún despistado. El encuentro tuvo el atractivo de reunir a los tres comisionados especiales de la Copa del América, Ricard Pérez Casado, nombrado por el Gobierno; Esteban González Pons, por la Generalitat, y José María Gil Suay, al que designó el Ayuntamiento.

A año y medio del gran acontecimiento, todos expresaron su convicción de que la organización de las regatas es una gran oportunidad que debe dar frutos más allá de 2007, aunque la idea vino acompañada de matices. "De nosotros depende", dijo el consejero González Pons para subrayar que las cosas se pueden hacer bien o mal. La "marca Valencia" podrá ser "una de las más conocidas del planeta", o asociarse a "adjetivos peyorativos" si la organización "no gusta". "¿Somos nosotros conscientes de la marca Valencia?", se preguntó.

Los ponentes resaltaron las ventajas de ser ciudad sede y alguna advertencia

También Pérez Casado mostró diferentes caras del reto. Los empresarios "serán capaces de ofrecer la capacidad de emulación y de innovación necesaria para aprovechar las oportunidades" que brinda la Copa del América, aseguró tras anunciar que Valencia centrará la promoción de Turespaña. Después pidió prudencia en relación con la marina urbana pedida por la alcaldesa, Rita Barberá, y de la que también habló el presidente del puerto, Rafael Aznar. "Es necesario establecer bien los usos de ese espacio, su relación y su efecto en la economía valenciana, porque no podemos defraudar y crear expectativas que no tengamos la convicción de llevar a término", indicó Pérez Casado, que reiteró el "compromiso" del Gobierno con el evento y aseguró, en respuesta a las quejas de Barberá, que siente "envidia" del apoyo estatal que recibe. Barberá se rió cuando el ex alcalde socialista la animó a negociar un Estatut como el catalán para satisfacer sus exigencias de garantías de inversión.

Gil Suay resumió un extenso power point en ocho ejes de trabajo que deben garantizar el éxito, desde la implicación social hasta la ausencia de huelgas, pasando por las "oportunidades" de negocio. La buena imagen del anfitrión es básica para que los réditos de 2007 perduren. Y también su entusiasmo, deslizó Gil Suay antes de que David Gallego, director de relacionales institucionales de America's Cup Management (ACM), cargado de datos positivos, intentara insuflar algo de pasión al auditorio empresarial. Proyectó un vídeo de escenas vertiginosas de las regatas aderezado con imágenes de Valencia. No hubo aplausos, pero Gallego dio por sentado que el auditorio entendía la pasión por el deporte, para algo hubo sonrisas cuando Barberá mencionó al Valencia. La Copa del América en Valencia multiplicará por 10 los impactos de la edición anterior, en Australia. Habrá 10 millones de visitas al recinto portuario y el impacto económico no bajará de los 1.500 millones de euros. ¿Aprovecharán los empresarios la oportunidad? Gallego cree que sí, aunque hay trabajo por hacer, como suavizar los contrastes de una urbe que a veces lleva al visitante a la moderna Ciudad de las Artes en un taxi demasiado viejo.