El presunto asesino de Sevilla dice que iba bebido y con un arma hallada en la basura
La juez envía a prisión a Ricardo Suárez por matar al conductor que atropelló a su hija
La titular del Juzgado de Instrucción número 18 de Sevilla envió ayer a prisión incondicional a Ricardo Suárez como presunto autor de la muerte del celador Gaspar García. La juez le imputó un delito de asesinato después de que Suárez confesara que el pasado 8 de enero vació dos cargadores contra la víctima al ver que ésta había atropellado a su hija, que resultó herida leve. El presunto asesino explicó en su declaración que la pistola con la que disparó se la había encontrado en la basura y que la mañana en que ocurrieron los hechos se había bebido "una botella y media" de whisky.
La declaración de Ricardo Suárez fue "muy congruente", según su abogado, Javier del Rey, quien insistió en que su defendido actuó bajo los efectos del alcohol. Sin e mbargo, para el letrado de la familia de García, Rafael Villegas, el presunto asesino compareció "perfectamente aleccionado" sobre los factores que pueden jugar a su favor como atenuantes, pero su discurso estuvo "lleno de contradicciones".
El detenido volvió a confesarse ayer autor del crimen y exculpó a la madre de la niña, María Luisa Cortés, que está en la cárcel como presunta colaboradora. Suárez asegura que él disparó sin ayuda de nadie los seis proyectiles del primer cargador, abrió la puerta del conductor y descargó casi a bocajarro el segundo. El presunto asesino volvió a alegar que no miró a la víctima y que dio por hecho que era un gitano de una familia rival del asentamiento chabolista de El Vacie.
Suárez afirma que actuó "completamente borracho", por lo que dice no recordar muchos de los detalles del crimen. Cuenta que, la mañana en la que ocurrieron los hechos, la pasó junto a su mujer y sus tres hijos en la obra en la que trabajaba como guardia. Allí, asegura, se bebió "una botella y media" de whisky. Según el abogado de la familia, el detenido explicó que "habitualmente" ingería grandes cantidades de alcohol.
La familia Suárez, según el relato del presunto asesino, volvió a la hora de comer al albergue municipal de la Junta en el que se alojada junto a otros parientes. Tras el almuerzo, un grupo de niños de la familia salió corriendo del albergue y cruzó sin mirar justo en el momento en el que pasaba por la calle el coche de Gaspar García. El conductor intentó frenar, pero golpeó a una de las hijas de Suárez, que resultó herida leve. "Iba borracho y al pensar que la niña estaba muerta se volvió completamente loco. Es normal", señaló su abogado a la salida de los juzgados.
Suárez no aclaró dónde está la pistola con la que disparó. El detenido se amparó en los efectos del alcohol para decirle a la juez que cree que la tiró, aunque asegura no recordarlo bien. Sobre la procedencia del arma, afirma que se la había encontrado unos días antes en la calle dentro de una lata de basura, junto a los dos cargadores y la munición. El detenido añadió que nunca había disparado antes ni tenía conocimiento sobre el uso de armas. "Mostró bastante pericia", ironizó Villegas, en referencia a los ocho tiros que impactaron en la víctima, cinco de ellos en la cabeza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.