El ahorro privado chino alcanza la cifra récord de 1,43 billones de euros, un 11% más que en 2004
Los ahorros personales alcanzaron el año pasado el récord de 14 billones de yuanes (1,43 billones de euros) en China, debido a que los ciudadanos siguieron acumulando reservas para hacer frente a los imprevistos sanitarios, en un país donde la medicina es de pago, así como la educación y los gastos de vivienda. Esta cifra supone un 11% más que en 2004.
La falta de Seguridad Social y pensión estatal obliga a los chinos a guardar dinero en el banco durante toda su vida, lo que hace que el país disponga de una de las tasas de ahorro más altas del mundo. La cifra media acumulada por persona alcanzó 10.000 yuanes (1.025 euros) en 2005.
La situación se explica también por el hecho de que, aparte de la compra de pisos -algo que están haciendo muchos ciudadanos-, hay pocas opciones más para invertir. La Bolsa está muy controlada por el Estado y es considerada de riesgo, y apenas existen otras opciones financieras. "Aunque la gente quiere invertir, no tiene aún muchos canales", reconoce el propio Gobierno.
Las familias chinas gastan una media del 60% de sus ingresos, y ahorran el resto, según la Administración. Una realidad que ha despertado el interés de los bancos extranjeros, que esperan poder acceder a este jugoso mercado una vez que China liberalice el sector financiero a finales de este año, según los compromisos adquiridos con la OMC en 2001.
Las elevadas tasas de ahorro significan, sin embargo, un bajo consumo privado. En 2004, contribuyó a un 37,8% del PIB, cuando en Estados Unidos es el 70%. Muchos economistas consideran que esto es un freno para el futuro crecimiento del país.
Pekín es consciente de ello y ha tomado medidas para disminuir la dependencia de la economía de las exportaciones y de las inversiones, como elevar el límite mínimo para el impuesto de la renta. Al mismo tiempo, está intentando mejorar los ingresos en el campo, no sólo porque las cada vez mayores desigualdades sociales se han convertido en fuente de protestas e inestabilidad, sino porque para que el consumo despegue en China es necesario que gasten los habitantes de las zonas rurales, donde viven dos tercios de la población.
Mientras tanto, las reservas en divisas extranjeras (casi todas en dólares) aumentaron un 34,3% en 2005, hasta los 818.900 millones de dólares (677.100 millones de euros). Son las segundas mayores del mundo tras Japón. El banco central ha comprado la mayoría de los dólares generados por la inversión foránea y los movimientos especulativos para mantener el yuan (o renminbi) a la baja.
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