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Crítica:BALONCESTO | Liga ACB
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El Madrid coge el último tren

Bullock y Reyes meten a su equipo en la Copa tras remontar un intenso partido en Badalona

Robert Álvarez

El Real Madrid estará en la fase final de la Copa del Rey. Que algo así sea noticia da una idea de los tiempos que corren en el baloncesto. ¿Cómo iba a faltar a la cita el Madrid? Y más aún este año, que puede actuar en calidad de anfitrión. De haber fallado, lo hubiera hecho Estudiantes que, con su victoria previa ante el Granada, puso a su rival ciudadano en una difícil tesitura, la de ganar en la pista de un DKV Joventut con tan buena pinta como hoja de servicios, que venía de enlazar seis triunfos consecutivos en la Liga ACB. El Madrid las pasó canutas en Badalona pero su persistencia y la capacidad resolutiva de Bullock y Reyes le permitieron coger el último tren. Parecía que ya lo había perdido, que por primera vez iba a consumar el descalabro. Pero llegó justo a tiempo y, después de ir por detrás en el marcador varias veces por diez puntos, remontó cuando faltaban cuatro minutos para el final.

DKV JOVENTUT 68 - REAL MADRID 72

DKV Joventut: Bennett (6), Rudy (12), Mumbrú (8), Young (6), Betts (1) -equipo inicial-; Flis (8), Marcelinho (2), Archibald (10), Barton (12) y Vázquez (3).

Real Madrid: Sonko (0), Bullock (24), Rakocevic (17), Reyes (13), Hamilton (6) -equipo inicial-; Hervelle (8), Gelabale (2) y Hernández-Sonseca (2).

Árbitros: Mitjana, Redondo y Jiménez. Eliminados: Vázquez (m.25) y Archibald (m.39).

Pabellón Olímpico de Badalona. Unos 9.000 espectadores.

4º CUARTO

3º CUARTO

2º CUARTO

1º CUARTO

18-12

16-16

20-20

14-24

Fue un partido de lo más intenso y extraño. Lo ganó el Madrid a pesar de que sólo anotó 3 de los 22 triples que intentó y de que capturó un rebote menos que el DKV Joventut. Sin embargo, explotó la habilidad de Bullock y los providenciales movimientos de Reyes bajo los aros. Apretó el acelerador en el momento más oportuno, cuando remontar equivalía a asestarle un golpe anímico decisivo a su rival.

El Madrid es un equipo al que se le ven un montón de agujeros. Se aprecian las costuras en las rotaciones de sus pívots frente a un equipo surtido de peso y centímetros como es del DKV Joventut. En consecuencia, le cuesta abrir su defensa, muy permeable a los lanzamientos exteriores. Y encima, en ataque es relativamente previsible. O Rakocevic, o Bullock. Las aportaciones del resto de los jugadores se producen con cuentagotas. No llega a ser previsible gracias a que van al rebote ofensivo como posesos. El DKV Joventut lo sabe y se volcó en la tarea. Esa era su primera premisa para manejar el partido. Le ayudó sobremanera el calamitoso porcentaje de acierto del Madrid en el lanzamiento exterior (0 de 10 lanzamientos triples llegó a acumular). El Madrid quedó reducido a rachas de inspiración individual por parte de Bullock y un Rakocevic bastante irregular, capaz de lo mejor y de lo peor. El DKV Joventut, que supo sacar ventaja de emparejamientos puntuales desiguales como los de Archibald con Hervelle o Flis con Rakocevic y que corrió más al contraataque, adquirió como si nada una ventaja sustancial (30-20).

El Madrid volvió a meterse en el partido en un abrir y cerrar de ojos. Y eso, cuando tanto le cuesta colarlas, sólo se consigue defendiendo lo indecible. Lo hizo el Madrid. Le bastaron un par de minutos para situarse a un paso de la remontada (35-34). Es automático. Defender bien y mejorar la dinámica de juego ayuda a lanzar mejor. Por fin acertó Bullock a meter un triple y el Joventut pasó momentos de apuro que se reflejaron en los nervios de su capitán Paco Vázquez, castigado con una falta técnica después de un rifirrafe con Rakocevic.

El Joventut se recuperó en buena medida gracias a Rudy que, con una lectura estupenda del juego, atajó el camino hacia la canasta (52-44). Pero el Madrid no cejó en su empeño defensivo. Volvió a forzar la precipitación del Joventut . Robó balones, se superó en el rebote ofensivo, se encomendó a Bullock y no paró hasta darle la vuelta al marcador (61-63). Faltaban menos de cuatro minutos. Entonces fue cuando asestó el golpe de gracia gracias a su defensa, a Reyes, a Bullock y a su abismal superioridad desde la línea de tiros libres. Con sus constantes bloqueos ofensivos forzó un montón de faltas. Desde la línea de tiros libres anotó 27 de sus 34 lanzamientos frente a los 9 de 14 del Joventut, un aspecto tan crucial en partidos de tal cariz como la horfandad en que un discreto Bennett dejó a su equipo. En consecuencia, el Madrid no faltará a la Copa que se disputará en su ciudad del 16 al 19 de febrero.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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