Clos aprueba justo y Trias obtiene la nota más alta en la encuesta

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, se encuentra al borde de la zona de suspenso con el 5 pelado que ha sacado en el último barómetro municipal. El mismo en el que Xavier Trias, presidente del grupo municipal de Convergència i Unió, obtiene la puntuación más alta de todos los líderes políticos del consistorio: el 5,6. La progresiva caída de la consideración de Clos está arrastrando la intención de voto del PSC, que ha perdido seis puntos.

La tendencia a la baja del alcalde y de su partido, el PSC, es inversa a la que experimenta Trias y la formación que el preside, CiU, en el consistorio barcelonés en el último año. Mientras que el PSC ha bajado en intención de voto del 29,2% al 21,6%, CiU ha subido del 13,2% al 14,9%. Los socios de Clos en el tripartito, Jordi Portabella (ERC) e Imma Mayol (ICV-EUiA), también sufren un ligero retroceso en su puntuación personal. Como formaciones, ERC retrocede ligeramente e ICV-EUiA sube dos puntos comparando los resultados de la misma encuesta en el periodo de un año.

"Pese a que las formaciones que gobiernan sufren cierta erosión, el resultado de la encuesta evidencia que la fórmula del pacto de progreso podría reeditarse si se realizaran las elecciones ahora", subrayó Ferran Mascarell, concejal de Presidencia en la presentación del barómetro. Cuando se le preguntó cómo interpretaba la progresiva caída de la consideración de Clos y en paralelo el ascenso de Trias, Mascarell contestó que el líder de CiU "no tiene ideas, ni un programa. Se limita al principio de acción-reacción. A contestar a la acción de gobierno sin más". Y añadió que el PSC sigue siendo la formación que obtiene mejores resultados. La intención de voto de ese partido, no obstante, ha caído seis puntos en el último trimetre, algo que no había pasado a lo largo del mandato, aunque se mantiene ligeramente por encima del resultado que obtuvo en las elecciones de mayo de 2003: 21,6% frente al 19,7% de hace tres años. Precisamente esa tendencia a la baja es lo que preocupa especialmente al partido de los socialistas (véase EL PAÍS del 30 de noviembre), que permanecía a la expectativa por si se producía un arrastre del PSC. Lo que ha ocurrido en el último trimestre.

Paradójicamente, frente al desgaste de Clos en particular y en menor proporción de sus socios, los ciudadanos encuestados opinan que la gestión del Ayuntamiento y el estado general de la ciudad han mejorado. Concretamente, los que creen que la gestión es buena o muy buena han subido del 34,1% del barómetro de octubre pasado al 37% del realizado en diciembre. En opinión de Mascarell, la aparente contradicción entre una evaluación negativa de quienes gobiernan la ciudad y la positiva de la gestión que realizan demuestra "un cansacio respecto al ambiente político general".