_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

'La Nena', en el Palace

Rodrigo entró en el salón cojeando levemente, una secuela de la fractura de fémur que finalmente le llevó al quirófano después de andar con ella a cuestas, como una cruz, y a solas, por los alrededores de Aranjuez. Alto y muy delgado, esa ligera descompensación en el ritmo de sus pasos añadía un cierto toque de distinción a su llamativa elegancia. Saludó a todos los presentes con la mirada y tuvo un gesto amable con cuantos se acercaron a él. Entró acompañado de Rudolf, que también cojeaba, aunque de forma más visible, a causa del grave atropello que sufrió cuando deambulaba desorientado y solo por la N-VI, y que le produjo varias fracturas y una hemorragia interna. Si bien no puede decirse que su porte tuviera la elegancia del de Rodrigo, sin embargo mostraba esa alegre fortaleza que acompaña con frecuencia a los de pequeña estatura. Por su parte, Troya, que venía detrás, concentraba en el rostro la sabiduría serena que marca a quienes han visto de todo y sobrevivido a más de lo que a veces parece posible soportar. Y luego entraron los bebés, Merita y Pecán, que conocen a tan corta edad el frío y la intemperie pero, como si procedieran de la más exquisita de las educaciones, no enredaron ni hicieron travesuras, y permitieron, tímidos y sin decir ni mu, que todos les hicieran monerías.

En ese mismo salón lujoso y casi centenario del hotel Palace estuvieron un día astros de la escena como Buster Keaton, Ava Gardner o Sofía Loren; grandes hombres como Orson Wells o Ernest Hemingway; los mejores de entre los nuestros, como Luis Buñuel, García Lorca, Salvador Dalí o Pablo Picasso, y a estas estrellas del pasado se suman muchas otras que aún brillan en la actualidad. Incluir en ese largo y selecto etcétera a los perros Rodrigo, Rudolf, Troya y a los cachorros Merita y Pecán es un honor para estos últimos, pero añade también dignidad y excelencia a tan brillante entorno. Que el hotel Palace ofreciera la suntuosidad de sus moquetas al paso renqueante y confiado de sus patas dice mucho de su humanidad y de su sentido del lujo.

El Palace había cedido los mismos salones en los que se celebran a diario destacadas presentaciones de libros, conferencias o congresos para conmemorar, bajo el lema "10 años concienciando, 10 años protegiendo, 10 años educando", el décimo aniversario de El Refugio, incansable asociación de protección de los animales domésticos, con más de 160 animales en su Centro de Adopción de El Espinar y pionero en la adopción de los mismos a través de la Red. En sus 10 años de vida, y bajo el principio "sacrificio cero" (es decir, que no se asesina a ningún animal con el eufemismo de que es sacrificado, como sucede en las perreras y otros centros de "protección" animal), El Refugio ha encontrado hogar a cerca de 2.800 animales que habían sido objeto de abuso, maltrato y abandono; ha liderado campañas institucionales de adopción, y ha dado cobijo, cuidados veterinarios y amor a miles de animales. Nacho Paunero, presidente de la asociación, no deja de insistir en la necesidad de que la protección de los animales, seres capaces de sentir y padecer, se incluya como contenido real en los programas educativos.

En el acto de aniversario, que la asociación consideró como una ocasión más en su tarea política, leyeron la Declaración Universal de los Derechos de los Animales las escritoras Rosa Montero, Lucía Etxebarría y Rosa Regàs; la fotógrafa y pintora Ouka Leele; la actriz Carmen Maura; los periodistas Miguel Ángel Oliver y Goyo González; el defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez Morgades; el magistrado del Tribunal Supremo Adolfo Prego de Oliver, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Javier María Casas Estévez (además de yo misma). La aportación de cada uno en esta causa tantas veces incomprendida es sumamente importante y necesaria, pero llena de esperanza que se sumen personalidades de los medios de comunicación, que tanto pueden hacer para la difusión de las ideas, y, especialmente, personalidades de la justicia, que están en contacto con las leyes y pueden hacer por modificarlas. Pero lo más emocionante es que el Palace acogiera también a los verdaderos protagonistas del acto: Rodrigo, Rudolf, Troya, Merita y Pecán. La Nena no pudo estar, pero pronto paseará cerca, porque hoy ya vive en su hogar.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_