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Una mujer da a luz en una ambulancia que su marido detuvo en pleno atasco en la M-30

Los médicos de la UVI móvil ayudaron a que naciera Tania, que pesó 2,7 kilos

Olga Serrano Cano dio a luz a su hija Tania (2,710 kilos de peso) en una ambulancia del Samur. El parto ocurrió en plena avenida de Andalucía, muy cerca del hospital 12 de Octubre. Hacia allí se dirigían la madre y su marido, Israel Blázquez Mozoncillo, cuando un atasco en el kilómetro 13 de la M-30 les obligó a detenerse. Olga ya había roto aguas y tenía cada vez más contracciones. Hasta que Israel vio por el retrovisor a una ambulancia de emergencias que iba camino de Legazpi. Salió despedido del coche y frenó al vehículo. Los médicos hicieron el resto.

A la pequeña Tania Blázquez Serrano no le gustan los atascos. Ella quería nacer ayer. En el coche de sus padres, en el hospital o donde fuera. Daba igual si la fila de automóviles no avanzaba. Ella empujaba. Y su madre, Olga Serrano Cano, lo sentía. "A las siete de la mañana mi mujer ya rompió aguas. Yo cogí el coche y me dirigí a la M-30, rumbo al hospital 12 de Octubre", recuerda Israel Blázquez, el flamante padre. Ya en el automóvil, las contracciones aumentaron. Como podía, Olga intentaba respirar.

La carretera recibió al Peugeot de los Blázquez con la peor de las noticias: un gigantesco atasco a la altura del kilómetro 13. Y Tania ya estaba a punto de salir.

"En casa, habíamos llamado al servicio de emergencias 112, pero nos habían dicho que el caso no era urgente para ser atendido por el Summa (Servicio de urgencias médicas de Madrid). Ya en la carretera, volví a telefonearles. 'Mándenme una ambulancia a Legazpi", evoca Israel. En el asiento trasero viajaba Daniel, el hijo primogénito del matrimonio y testigo del nacimiento de su hermana.

En ese momento, Israel sintió que le podían los nervios. Su mujer ya estaba a punto de alumbrar... en medio del descomunal atasco. "Entonces, aparqué el coche en el carril derecho y esperé", relataba unas horas más tarde. Como respuesta, los demás automovilistas le dedicaron un concierto de pitadas. Nadie sabía que Tania quería nacer.

"La sorpresa más grande fue ver por el retrovisor una ambulancia del Samur que venía en el mismo sentido que nosotros. Sin sirena ni nada", apunta el padre. Esa ambulancia fue su salvación. Y poco después, la improvisada sala de partos en la que la pequeña Tania llegaría al mundo.

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Israel cruzó dos carriles e intentó frenar con señas y gritos al conductor de la ambulancia. Igual que un náufrago al avistar una embarcación. "Cuando frenaron los sanitarios, no hizo falta que les explicara demasiado. Les bastó ver a mi mujer", comenta el padre, con el trajín de la aventura sobre sus espaldas.

En cinco minutos, la ambulancia encendió la sirena y comenzó a abrirse paso en el medio de la M-30 llevando a Olga en pleno parto. Su esposo Israel circulaba detrás, nervioso, al volante de su Peugeot.

"En la avenida de Andalucía, la ambulancia se echó a un lado y yo me sorprendí", recuerda Israel. "Me preguntaba si había pasado algo con Olga. O con Tania", cuenta. Frenó y salió del coche. "Me bajé y esperé a que saliera alguien de la ambulancia", detalla. Pasaron unos segundos. Hasta que una enfermera del Samur le sonrió. "¡Enhorabuena!", fueron las palabras mágicas que Israel escuchó. Había nacido Tania. Y la madre estaba en perfecto estado.

"Apenas si me la enseñaron al llegar al hospital 12 de Octubre, porque hacía mucho frío. Un doctor se encargó de ingresarla y hacerle las pruebas clínicas", indicaba ayer por la tarde Israel en el umbral de la habitación 402. Todavía no había podido darse una ducha. Llevaba el mismo chándal azul que vestía por la mañana.

"Lo más sorprendente es que Tania nació de parto normal. No fue necesario aplicar ningún tipo de anestesia", narra Israel. Pero lo que más sorprendió al feliz padre, pintor de profesión, fue el comportamiento de su hijo Daniel: "No lloró en todo el camino", asegura Israel, sin ocultar su orgullo.

Desde el mediodía, la habitación en la que se encuentran madre e hija fue un hervidero: cámaras de televisión, micrófonos, grabadoras... "Esto era cualquier cosa, menos un hospital", se queja una de las enfermeras. Por esa razón, la dirección del hospital prohibió por la tarde cualquier entrevista periodística con la parturienta más famosa del día. Al menos, hasta mañana.

"¿Que si les voy a ofrecer a los médicos ser los padrinos? Aún no lo hemos pensado", responde Israel. La aventura los pilló por sorpresa. Él está agotado y su teléfono móvil no para de sonar. Cuenta la misma historia una y otra vez. La historia de Tania, la niña a la que no le gustan los atascos.

Retenciones kilométricas

La lluvia que desde las últimas horas de la tarde del domingo cayó sobre Madrid se convirtió en nieve en algunas zonas, lo que afectó a las carreteras, tanto nacionales como regionales, algunas de las cuales precisan el uso de cadenas para la circulación de vehículos. Las retenciones a primera hora de la mañana de ayer alcanzaron casi 140 kilómetros en los accesos a Madrid.

A las diez de la mañana era necesario el uso de cadenas en los puertos de Canencia, Navafría y la Morcuera.

Por causa de la nieve se produjeron retenciones de tráfico a las diez de la mañana en Robledo de Chavela, Santa María de la Alameda, Valdemorillo, Somosierra y Zarzalejos.

Las adversas condiciones meteorológicas (lluvia y aguanieve) provocaron ayer casi 140 kilómetros de retenciones en las carreteras de acceso a Madrid, destacando la M-40, con varios tramos en distintas zonas; la A-6 (autovía de la Coruña), con 18 kilómetros en Las Rozas y en la entrada a Madrid capital; la A-1 (autovía de Burgos), con 11 kilómetros en el puerto de Somosierra; la A-5 (autovía de Extremadura), con 18 kilómetros en la entrada a la capital; la A-2 (autovía de Barcelona), con 20 kilómetros entre Torrejón y Madrid. La M-30 también registró un tráfico muy denso.

Por la tarde, según un portavoz municipal del departamento de Movilidad, el tráfico era intenso pero no había grandes atascos.

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