"El trabajo colectivo nos ayuda a correr menos"

Los héroes del club más mediático del mundo son gente reacia a aparecer en los medios. En todo caso, estos héroes estaban contentos. Guti, que después de los partidos sólo se presenta ante las cámaras en situaciones de hundimiento total, o derrotas definitivas, ayer no tuvo nada que decir. Se marchó bien ataviado con una chaqueta brillante. Hizo un guiño de complicidad a un amigo y desapareció. De Zidane se puede decir lo mismo. El francés acababa de marcar tres goles -gracias a Guti-. Se trataba de su primer hat trick con la camiseta blanca. "He tenido que esperar 24 años para meter tres goles en un partido", declaró después a Real Madrid Televisión. Zidane fue breve fuera del campo, pero se pasó el partido contra el Sevilla dando órdenes, orientando, colocando a sus compañeros. Sin Raúl, sin Salgado, sin Helguera, sin muchos veteranos, Zidane ocupó naturalmente la posición del líder. "¡Guti! ¡Aquí!", señalaba. "¡Robinho, allá!", mandaba. "¡Roberto, por ahí", sugería.

Introvertido recalcitrante como es, su conducta durante el encuentro resultó revolucionaria. Alrededor suyo y alrededor de Guti el Madrid ofreció una nueva faceta. Un rostro ganador después de meses de penuria. No es coincidencia que la recuperación del equipo coincida con la salida de Zidane del túnel de la pubalgia. El pobre Daniel Alves, el lateral derecho del Sevilla, lo comprobó sobre el terreno. "Me ha tocado estar en el peor lugar en el peor momento posible", dijo el brasileño. "Cuando estos jugadores se encuentran en su mejor momento marcarles se hace muy complicado. Hoy Zidane ha estado increíble. No tengo dudas de que el Madrid va a volver a meterse en la pelea".

Julio Baptista, que ayer jugó de delantero centro, se marchó a casa sonriente y con una reflexión: "Hemos empezado a jugar mejor. El equipo está evolucionando cada día y se nota porque el trabajo colectivo nos ayuda a correr menos. Antes nos cansábamos más porque no nos organizábamos y no teníamos la palota".

Al entrenador madridista, Juan Ramón López Caro, se le iluminó la mirada. Hombre con tendencia a las manifestaciones pesimistas, López Caro estaba ayer muy contento. Y, tras consultar las declaraciones con el psicólogo del club, su amigo Chema Buceta, resolvió no reprimirse. Salió a la conferencia de prensa y dijo: "Estamos muy felices porque los síntomas de recuperación son una realidad. Hoy, además, hemos ganado en poder de finalización".

"Quizá los goles del Sevilla fueron producto de detalles", comentó. "Pero en cuanto a la constancia del juego y la interpretación de los conceptos nosotros hemos estado por encima del rival. Esto no significa que el Sevilla no haya hecho un gran partido. Ha hecho unas transiciones y unas contras que nos han creado cierta incertidumbre".

Respecto al cambio de Gravesen por Soldado, cuando el Madrid se imponía por 3-1 en la segunda parte, el entrenador no quiso abundar en explicaciones. La sustitución de un medio centro por un delantero en un momento en el que no necesitaba goles resultó llamativa. El Madrid pareció acusarlo porque el Sevilla estuvo a un centímetro del empate. López Caro explicó que no había por qué considerar la decisión arriesgada: "Lo hice porque es mi criterio. Quería seguir teniendo el balón. Con Guti en el medio pensé que tendríamos más criterio con el balón. Mientras que con Baptista retrasado a la posición de pivote el fortalecimiento defensivo era lógico".

La medida, en todo caso, puso de manifiesto la fe del técnico en Guti, un futbolista al que ha dado una gran responsabilidad porque, dijo, "ha demostrado una gran disposición para el trabajo".

El plácido discurso de López Caro se crispó un tanto cuando un periodista le preguntó por las declaraciones que ha hecho Sven Goran Eriksson, el seleccionador inglés, en el tabloide News of the World. El entrenador sueco declaró a un periodista que se hizo pasar por empresario que David Beckham "no es feliz" en Madrid y se siente "frustrado" ante la dificultad de conseguir títulos. López Caro replicó diciendo que él veía "todo lo contrario". Dijo: "Beckham está muy integrado y muy feliz y eso no hay más que verlo en el rendimiento en el campo".

Reacio a hablar de sí mismo, a la hora de valorar la recuperación de Zidane el técnico madridista se quitó de en medio con la velocidad con que lo han hecho quienes saben lo que supone el protagonismo en un club como el Madrid. Descartó que el estado del francés fuese obra suya parafraseando a un colega: "El entrenador que se pone de puntillas le cortan hasta las rodillas".