Un macabro día de navidades
El 3 de enero fue el más sangriento de las fiestas en las carreteras: 17 vidas rotas y rescatadas del anonimato de las estadísticas
Podía haber sido un día cualquiera. De hecho, para muchos, lo fue. Sin embargo, ese martes navideño la vida acabaría para 17 personas y a otras muchas las dejaría marcadas para siempre. El pasado 3 de enero, el mundo amanecía consternado por la noticia de que el hundimiento del techo de una pista de hielo en un pueblo alemán había sepultado a 15 personas bajo los escombros y la nieve. Las primeras páginas de los periódicos recogían el suceso. Y, a la vez, todo el mundo ignoraba que ese día estaría impregnado de muerte también en España. De 17 muertos, 2 heridos graves y 5 leves, para ser exactos, de los que casi nadie tendría noticia salvo como un número.
Apenas había amanecido y Lucas Lázaro Chamorro, de 47 años, soltero y vecino de Villorio (Salamanca), se dirigía como cada día a su trabajo en la obra, por la carretera SA-810 que une esa población con el pequeño municipio de Huerta. Desde hacía tiempo se dedicaba a la construcción y seguía viviendo con sus padres en el número 13 de la calle San Martín de ese pueblecito salmantino con poco más de 1.000 habitantes. "Era un chico muy alegre y responsable. Le respetábamos mucho", recuerdan algunos lugareños. Aquella fría mañana, Lucas no llegó a trabajar. Su coche chocó frontalmente con otro que venía por la misma vía. Y pasó a engrosar las macabras estadísticas de Tráfico.
"Era un chico muy alegre y responsable", dice un vecino de uno de los fallecidos
"Antonio organizaba festivales de música y verbenas en Calanda", recuerda un lugareño
Un muerto más de los 178 que ha habido estas Navidades (41 más que el año pasado). Y uno entre los 17 que morirían ese martes negro en los 13 accidentes mortales ocurridos en las carreteras españolas y que lo convirtieron en el día más sangriento de la Operación Navidad. La muerte de Lucas quedó registrada e informatizada en el centro de gestión de Tráfico como "colisión frontal; causa: distracción".
Horas más tarde, José Antonio, de 51 años; su esposa, Ángela, de 50; la hija de ambos, Celia, de 24; y un hijo de ésta, de apenas cinco años, se subían en su Fiat Brava y dejaban su casa de Aranjuez. Tomaban la M-307 en dirección Ciempozuelos, esa carretera famosa por el tráfico de camiones que genera la gravera cercana y con cada vez más densidad de vehículos por las crecientes urbanizaciones. Eran las 10.00, conducía José Antonio, y Ángela, su mujer, iba de copiloto. Celia y el niño iban detrás. Todos con los cinturones puestos. "Se acercó demasiado al camión que le precedía y tuvo que sacar el morro para tener visibilidad y ver si podía adelantar. El camión se lo encontró cuando ya estaba prácticamente encima", asegura una persona que atendió el accidente. El matrimonio y su nieto murieron en el acto en ese lugar de la carretera, a la altura de Seseña (Toledo). Celia quedó gravemente herida en el asiento trasero con los pulmones perforados. Fue ingresada en el hospital 12 de Octubre muy grave. A esas horas de la mañana no eran los únicos accidentes mortales ocurridos. Casi antes del alba, sobre las 6.30, el Ford Mondeo de una mujer de 49 años se salía de la vía en Guardamar del Segura (Alicante), uno de los pueblos de vacaciones de la costa levantina. En esa sobrecargada N-332 (con una ratio oficial de 10.000 vehículos pero real de 40.000), de nuevo "una distracción" al volante acababa en muerte. Y en Palomeque (Toledo), el mismo y definitivo destino le esperaba a un chico de 28 años que conducía su ciclomotor por la CM-4004 a las 7 de la mañana. "Colisión con caída y atropello", dice el papel del registro por "obstáculo en la calzada". Otros dos hombres de 52 (T. M. B.) y 48 años (A. L. D.) chocaban en un cruce con semáforos contra un Citroën C-5 en la capital vallisoletana a las 10.45, en pleno movimiento del polígono industrial de San Cristóbal, donde se produjo el choque "fronlateral".
Así que, hacia las 11 de la mañana, cuando todo el mundo se lanzaba a hacer las últimas compras de Reyes, en España ya habían muerto 8 personas desconocidas. Y el día no hacía más que empezar...
José Luis Rubio García, de 37 años y natural de Requena (Valencia), trabajaba sobre las 13.30 como de costumbre en el mantenimiento de la carretera nacional 330. "El vehículo que manejaba cayó por un terraplén a la altura de Cofrentes y le aplastó", relata un testigo. Dos horas más tarde un vecino de San Miguel de Salinas (Alicante) cogía su ciclomotor para regresar a casa después de haber estado trabajando sus tierras pegadas a la autovía AP-7. Hizo la maniobra prohibida de siempre para cambiar de sentido, pero esta vez le costó la vida. Apenas dos horas antes, un alcance en la AP-7, a la altura de Bascara (Girona), se cobraba la vida de otra persona.
Y hacia las 16.20 un hombre leridano de 48 años, vecino de Vandellòs (Tarragona), se salió de la carretera C-12 a la altura de Tivissa (Tarragona). Su viuda ha preferido que su muerte siga en el anonimato. Tres horas más tarde, Araceli Salcines Chacerina, de 80 años y natural de El Astillero (Cantabria), era atropellada por un Peugeot 205 cuando caminaba por el lateral de la carretera CA-140 hacia del pueblo. A las dos horas de este accidente, Antonio Barba, de 40 años, que se había ido hace tiempo a vivir a Calanda (Teruel) para trabajar en la construcción, perdía su vida al salirse de la vía N-21, sobre las 21.40, a la altura de Alcañiz. La causa: una "distracción". En Calanda había conocido a la que era su compañera, una mujer del pueblo, divorciada y con hijos. Al poco tiempo de vivir allí, comenzó a colaborar con el ayuntamiento desarrollando una de sus aficiones favoritas: la música. Así que se dedicó a organizar festivales y verbenas en el pueblo. De ahí que fuese "un hombre muy querido y muy trabajador", en palabras de los lugareños y del propio alcalde, Manuel Royo.
Casi a la misma hora, otro peatón era atropellado en Mogán (Las Palmas). Y, al mismo tiempo, en Velez de Benaudalla (Granada), fallecían dos personas en la N-323 al salirse de la vía y chocar frontalmente con otro vehículo en una curva muy cerrada. Hasta aquí la siniestra lista de sólo un día, el pasado 3 de enero. 17 vidas rotas rescatadas de las siniestras estadísticas de Tráfico.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.