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Diez partidos sin ganar

Ni con Bianchi, ni sin él. El Atlético de Madrid no reaccionó en su visita al campo Manuel Ruiz de Lopera y añadió un nuevo capítulo en su racha negativa. Diez jornadas de Liga llevan los rojiblancos sin conseguir la victoria. Diez jornadas perdiendo puntos y con déficit de gol: sólo ocho goles. Al Atlético le faltan rematadores. Torres y Kezman son sus máximos goleadores, con cuatro tantos cada uno. No les alcanza para entrar en ninguna tabla de goleadores de las Ligas europeas. La comparación con otra época desastrosa no anima al optimismo: el año del descenso Hasselbaink luchó por el pichichi hasta la última jornada.

El último éxito conseguido por el equipo madrileñolo fue el 27 de octubre, en la novena jornada, cuando derrotó con facilidad al Cádiz (3-0). A partir de ahí, su caída en picado ha sido expectacular.

La culpa, aunque parezca mentira, bien pudo tenerla Riquelme. Mejor dicho, la tuvo aquel toque sutil con el que el argentino colocó el balón en la cabeza de Forlán y que éste cabeceó a la red. Tras aquel triunfo ante el Cádiz, que comienza a tener pinta de histórico, el Atlético repitió en casa, con el Villarreal como rival. Vencía en aquel partido 1-0 desde el minuto cinco, jugó con un futbolista más desde el 16 por la expulsión de Gonzalo Rodríguez... Como si no. Corría el minuto 93 cuando Riquelme se asoció con Forlán y el cabezazo de éste dejó al Atlético sin triunfo. Se quedó tocado el Atlético. Hoy está hundido, incapaz como ha sido de ganar en los 10 últimos partidos, lo que supone la tercera peor racha de su historia. Sólo en las temporadas 1999-2000, cuando con Ranieri, primero, y Antic después, el equipo encadenó 15 partidos sin victorias, y 1998-99, en la que la ausencia de triunfos durante 12 jornadas le costó el puesto a Sacchi, la agonía fue aún mayor.

Siete empates y tres derrotas ilustran esta nefasta racha del conjunto rojiblanco, que prescindió de los servicios de Bianchi el pasado jueves, tras caer en la Copa ante el Zaragoza. El público del Calderón dictó sentencia y la directiva la acató. Al banquillo llegó Pepe Murcia, el responsable del equipo filial de Segunda División B. Su debut, ayer en terreno bético no alivió las penas del equipo. No hubo revolución. De hecho, la táctica, con dos medios centro, una media punta y un solo delantero fue una de las más utilizadas por Bianchi.

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