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Madrid no quiere ordenanza cívica

Madrid no tiene, ni se plantea aprobar, una ordenanza que sancione los actos incívicos cometidos por sus ciudadanos en la calle. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón (PP), ha dicho en varias ocasiones que no piensa imitar la iniciativa de Barcelona. Primero porque, a su juicio, el incivismo no es algo que sea necesario agrupar en una ordenanza -sí existen sanciones varias, dispersas en distintas ordenanzas-. Y en segundo lugar, porque Ruiz-Gallardón se opone a sancionar ciertas conductas, como el ejercicio de la prostitución en ciertos sitios y la mendicidad que se ejerce con coacción. "Prostitutas y mendigos son víctimas. En ningún caso nos planteamos multarles", afirma el alcalde de Madrid.

La única cuestión en la que se aplica una normativa expresa es la lucha contra el consumo de alcohol en la calle.

En 2002, siendo Ruiz-Gallardón presidente de la Comunidad de Madrid y cuando el fenómeno del botellón había tomado literalmente las plazas de la ciudad durante los fines de semana, su Gobierno aprobó una ley que prohíbe consumir alcohol en la calle y vender bebidas alcohólicas a partir de las diez de la noche (a cualquier ciudadano, menor o adulto).

La ley es de aplicación en los 179 municipios de la Comunidad de Madrid y es el Gobierno regional el que impone las multas, pero la Policía Municipal de cada localidad se ocupa de denunciar las infracciones.

El fenómeno del botellón ha remitido bastante, pero no ha desaparecido. Muchos vecinos siguen quejándose periódicamente de que pandillas de jóvenes acampan junto a sus portales para beber en grupo.

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