Aliciente musical y económico

La futura Orquesta del Palau de les Arts ha levantado una notable expectación entre los músicos nacionales, sobre todo, e internacionales. En la primera convocatoria de las pruebas de selección se presentaron 1.600 solicitudes; para la segunda, que aún no se ha cerrado, ya se han recibido más de 2.600. De momento, se han elegido 15 componentes de la formación, que constará de una plantilla de 90 músicos. Todos ellos cuentan con el visto bueno definitivo del director titular de la orquesta, Lorin Maazel.

Son varias las razones que explican la buena acogida de las pruebas entre los profesionales, a tenor de las manifestaciones vertidas ayer por varios trompetistas finalistas. Ayer se realizó la segunda prueba de este instrumento en las luminosas instalaciones del nuevo Conservatorio Superior de Música de Valencia.

Todos vinieron a coincidir en que trabajar bajo las órdenes de la batuta de Maazel y las altas remuneraciones que ofrece la Orquesta, además del currículum y del hecho de embarcarse en una nueva aventura vital y profesional, son los principales alicientes. Tratándose de músicos ya experimentados que trabajan en diversas orquestas, convergieron también en destacar el reto que supone presentarse a un concurso internacional para ponerse a prueba a sí mismos, sin el respaldo de su habitual formación.

El alemán afincado en Italia Julian Sommerhalder sostiene que en España ahora "hay una política más favorable" a la música clásica que en el país transalpino. Reconoce que el salario ofrecido es bueno y asegura que desde hace un tiempo se habla del Palau de les Arts entre los músicos del mundo.

Un solista de la Orquesta del Palau de les Arts cobrará unos 60.000 euros al año; un ayuda de solista, 54.000, y un tutti, 44.000. La orquesta será de las más costosas de España, como lo es el contenedor que la acogerá, el teatro diseñado por Calatrava, con un coste aproximado de 300 millones de euros. La Generalitat quiere que el Ministerio de Cultura se implique en la financiación de la temporada regular del Palau.

El trompetista de Foios y solista en la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, David Lacruz, explica que en las orquestas españolas la remuneración máxima para un solista se sitúa entre los 40.000 y los 37.000 euros, una cantidades inferiores a las de otras orquestas europeas.

Lacruz dice, además, que le gustaría volver a Valencia a trabajar y a vivir, al tiempo que hace hincapié en la dificultad que entraña tocar en una prueba: "Sueles ponerte más nervioso que con la orquesta".

También el trompetista solista de la Orquesta de Tokio, Antonio Martín, ansía retornar a la ciudad en la que nació. Cree, como la mayoría de los consultados, que se está formando una orquesta de mucha calidad. Apunta que en Japón el sueldo es superior, pero también lo es el coste de la vida.

"Superar las pruebas es un reto", comenta el solista de la Orquesta de Valencia Rubén Marqués, que podría cobrar casi 18.000 euros más al año en el Palau de les Arts, si es seleccionado. Incide en que el nivel de las pruebas es muy alto, no sólo en su instrumento. Muchos músicos ya se conocían o conocían el trabajo de los demás.

También los miembros del jurado James Thompson, trompetista y profesor de la Eastman School de Nueva York, y el compositor y asesor de orquestas, Javier Darías, destacaron la calidad de los aspirantes. No obstante, indicaron que el director es el último en dar la palabra y que la excelencia de un músico no siempre sintoniza con el sonido que el titular busca dar a una formación. El jurado y dramaturgo del Palau de les Arts (mano derecha de la intendente, Helga Schmidt), Justo Romero, señaló que de los 15 músicos seleccionados, siete son valencianos. Recordó que Maazel tiene la última palabra.