China triplica el superávit comercial por el tirón de la electrónica y el textil

La balanza comercial china experimentó un extraordinario empujón el año pasado gracias al tirón de las exportaciones de electrónica y textiles. El superávit de China, tercera potencia comercial del mundo, ascendió a 101.880 millones de dólares (84.410 millones de euros), el triple que en 2004. Las exportaciones crecieron un 28,4%, cifra muy superior al crecimiento medio del comercio mundial. El dato da más argumentos a EE UU y la UE para que Pekín aprecie su moneda. Europa se mantiene como el mayor socio de China (los intercambios crecieron un 22,6%).

Desde que China entró en la Organización Mundial de Comercio (OMC), en diciembre de 2001, las ventas en el exterior del país asiático no han cesado de crecer a un ritmo vertiginoso. Si aquel año ascendieron a 266.200 millones de dólares, en 2005 se elevaron a 762.000 millones, un 28,4% más que el ejercicio anterior, distanciándose claramente de las importaciones, que alcanzaron 660.120 millones de dólares, un 17,6% más.

Los intercambios comerciales de la potencia emergente ascendieron, por tanto, a 1,42 billones de dólares, 23,2% más que en 2004, según informó ayer la Administración General de Aduanas. El crecimiento se ha debido, en buena parte, a las ventas en el extranjero de electrónica -suponen el 56% del total-, de electrodomésticos y de textiles. Las principales importaciones fueron materias primas y energía. El aumento es muy superior al crecimiento del conjunto del comercio mundial en 2005 que, según las previsiones de la OMC, fue del 6,5%.

Entre 2001 y 2005 las exportaciones chinas se han disparado a ritmo tres veces más rápido que el crecimiento medio del comercio mundial, según los cálculos de Morgan Stanley. Si las ventas de China en el exterior crecieron un 28,4% el año pasado, el valor de las exportaciones mundiales en su conjunto creció un 21,22% en 2004 (último dato disponible).

Tercera potencia

La magnitud de las cifras de la tercera potencia comercial del mundo detrás de EE UU y Alemania esconde, sin embargo, un dato que a menudo se suele soslayar. Más de la mitad de las exportaciones chinas procede de empresas participadas o propiedad de multinacionales extranjeras, que han convertido el territorio chino en la llamada fábrica del mundo. En el caso de los productos tecnológicos el porcentaje llega al 90%.

Al fuerte aumento de los flujos comerciales contribuyó también, según algunos economistas locales, el hecho de que muchas compañías se apresuraron a enviar sus productos antes de la apreciación que sufrió el yuan en julio pasado. A finales de ese mes, Pekín puso fin a la dependencia única del yuan (o renminbi) del dólar y adoptó un sistema de flotación controlado, unido a una cesta de monedas. Este movimiento provocó una revalorización de la divisa china del 2,1%.

La medida, aunque fue aplaudida, es juzgada insuficiente por Estados Unidos, Europa y Japón. Washington considera que el yuan sigue artificialmente infravalorado, lo que proporciona una gran ventaja competitiva a las exportaciones chinas. Estados Unidos es el segundo socio comercial para Pekín. Los intercambios mutuos subieron un 24,8% el año pasado, y se situaron en 211.630 millones de dólares. Washington estima que su déficit con China superó el año pasado 200.000 millones de dólares. La UE es el primer socio comercial de China, con unos intercambios en ambos sentidos por valor de 217.310 millones de dólares (unos 180.047 millones de euros), un 22,6% más.

Los datos de los últimos meses revelan, sin embargo, una desaceleración de la actividad exportadora china. En diciembre, por segundo mes consecutivo, las importaciones aumentaron más rápido que las ventas en el extranjero. El banco de negocios Goldman Sachs asegura que el papel de las exportaciones como motor de la economía está disminuyendo. Pekín se ha fijado como prioridad potenciar el consumo para disminuir la dependencia de las inversiones y de los mercados exteriores.

Revisiones al alza

La Comisión Nacional de Desarrollo estima que las exportaciones crecerán este año un 15%, mientras las compras lo harán un 18%. Pero algunos analistas consideran estos cálculos conservadores meros deseos. Durante varios años, las autoridades han iniciado el ejercicio asegurando que la economía iba a crecer un 7%, para meses después revisar al alza el dato, que al final era aún mayor.

Según la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo, el PIB aumentó un 9,8% en 2005, frente a un 10,1% en 2004, y este año lo hará entre un 8,5% y un 9%. La comisión calcula que el índice de precios al consumo subirá un 1% en 2006, y podría conducir a deflación a finales del ejercicio, debido al exceso de capacidad de producción que sufren muchas industrias -como automóvil y construcción- y a la pereza de la demanda.

Mientras por un lado sobra, por otro falta. China sufre cuellos de botella en el transporte y penuria de energía, que provoca cortes regulares de suministro eléctrico en muchas ciudades. La agencia de planificación afirma que el país va a gastar 12 billones de yuanes (1,23 billones de euros) en los próximos cinco años para paliar estos problemas. Más de la mitad se destinará a carreteras y ferrocarril.