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Delincuentes y víctimas podrán acordar cómo reparar el daño fuera de los tribunales

La Fiscalía de Madrid promueve un nuevo sistema de mediación que ha resuelto ocho casos

Los delincuentes y sus víctimas tienen en la región un pionero sistema de negociación que sirve para reparar el daño causado, obtener el perdón del agredido y el compromiso a reinsertarse del agresor. Es la mediación una figura gratuita y confidencial para las partes promovida por la asociación Apoyo y la Fiscalía de Madrid y que desde su creación, hace cuatro meses, ya ha resuelto ocho casos. El acuerdo entre las partes no detiene el procedimiento judicial contra el delincuente, pero la fiscalía puede considerarlo un atenuante o, incluso, llevarle a archivar el caso.

Pedro, de 24 años, forzó la puerta de una vecina y le desvalijó su taller de arqueología. Era adicto a las drogas. Pasaron los días, veía con frecuencia a su vecina y estaba inquieto. Por boca de su vecina, ignorante de que él era el ladrón, supo que el robo le había ocasionado un gran perjuicio con los clientes. La conciencia le remordía y no sabía qué hacer. Un día confesó su angustia a su padre y ambos decidieron acudir al servicio de mediación penal que promueve la asociación Apoyo.

Ésta medió entre él y la víctima y los reunió. Pedro pidió perdón y se comprometió a reparar el daño causado en cuanto encontrase un trabajo. Aunque la víctima le perdonó, había una denuncia previa y la maquinaria judicial estaba en marcha. Los mediadores hablaron con el fiscal y éste, en el juicio, decidió rebajar a ocho meses de cárcel los dos años que inicialmente le pedía por robo con fuerza en las cosas. No fue a la cárcel.

Ahora, la Fiscalía de Madrid, que dirige Manuel Moix, y Apoyo exploran otras medidas, en delitos leves, que permitan satisfacer a la víctima y la reinserción del delincuente. Responsables de Apoyo se han entrevistado con el segundo jefe de la fiscalía, Pedro Martínez, y están estableciendo un protocolo de actuación.

Daño causado

Si el delincuente es, por ejemplo, drogadicto y se compromete a desintoxicación, y, además, a reparar el daño causado, los fiscales serán más benevolentes con él. "La fiscalía estudiará cada caso y verá si procede pedir un indulto o atenuar la pena", argumenta Martínez.

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Todo será voluntario y gratuito. El protocolo de actuación que está elaborando la fiscalía recoge los siguientes pasos: el delincuente que lo desee se pone en contacto con la asociación Apoyo -calle del Corregidor Diego de Valderrábanos, 45, metro Estrella, teléfono 914 37 98 15- y expresa su voluntad fehaciente de someterse al sistema de mediación penal. La asociación, a su vez, eleva el caso a la fiscalía. Ésta, por su lado, informa a la víctima, por carta, de que su agresor quiere reparar el daño y pedir perdón.

Si hay voluntad por ambas partes, se procede a la segunda fase, en la que dialogan sobre los hechos y la forma de resolverlos. Los acuerdos alcanzados se plasmarán en un documento. Ello no detiene, aclaran desde la fiscalía, el procedimiento judicial, aunque el fiscal estará al tanto en el juicio del proceso de mediación y aplicará las atenuantes posibles.

"El principio de mediación", añade Martínez, "es más lógico que la reducción del tercio de la pena que se aplica con carácter general en los juicios rápidos cuando hay conformidad del acusado con la pena. Con la mediación se garantiza la reparación del daño, el perdón de la víctima y un arrepentimiento efectivo del agresor ante la víctima, así como una voluntad de éste de reintegrarse en la sociedad", suscribe.

Apoyo ha celebrado ocho procesos de mediación entre delincuentes y sus víctimas desde septiembre del año pasado. Algunos ni siquiera tuvieron que llegar a juicio. Por ejemplo, el de unos menores que metieron a su madre en un buen lío tras cogerle el móvil y llamar reiteradas veces a un número que eligieron al azar para proferir graves amenazas de muerte a una mujer. La mujer, acusada por la policía del delito, pidió ayuda a Apoyo. La víctima se reunió con los menores, comprendió la petición de clemencia de la madre, y las diligencias penales, que ya estaban abiertas, quedaron en nada, archivadas.

En la carta que se plantea enviar la fiscalía a las víctimas que acepten la mediación les informará de que esta vía, aunque no interrumpe el proceso penal, puede servir para obtener la reparación del daño antes que mediante un proceso penal normal y que el agresor puede beneficiarse de una pena atenuada e incluso de la suspensión de la condena.

Pilar Sánchez y José Luis Segovia forman parte del equipo de mediadores de la asociación Apoyo. Sánchez explica: "Nuestra experiencia en otros casos indica que hay personas que cometen un delito y que después sienten un gran sentimiento de culpa y desean reparar el daño causado: la mediación es un buen cauce para ello".

Para las víctimas, este sistema, "hablar con el agresor, que éste le explique por qué cometió el delito, puede ser una forma de vencer el miedo y la inseguridad que genera el verse implicado en una situación violenta", añade Segovia. "Es una forma de poner un rostro al frío proceso penal en el que creemos que salen beneficiadas todas las partes: si el infractor es drogadicto, acaba en un compromiso de desintoxicarse, y la víctima, por su lado, ve resarcido su patrimonio", agrega.

Apoyo cuenta con la ayuda y colaboración del Ayuntamiento de Madrid.

Violencia de género

El nuevo sistema de mediación que promueve la fiscalía de Madrid y la Asociación Apoyo puede ser aplicado también a los casos de violencia de género.

"Estos últimos años se han caracterizado por un discutible endurecimiento de las penas establecidas por el derecho penal en el ámbito de la violencia familiar", afirma Martínez. Y añade: "Sin embargo, las muertes y agresiones no han dejado de incrementarse hasta unas cifras alarmantes".

Martínez considera que "esto debería llevar a una profunda reflexión y ver que la represión por sí sola no es la solución al problema". "También en este ámbito, en el que intervienen factores emocionales muy complejos, deberían explorarse nuevas vías, sobre todo en las primeras manifestaciones del comportamiento agresivo, que por lo general son infracciones no graves y en las que podrían aplicarse medidas de carácter terapéutico y de mediación familiar llevadas acabo por profesionales que ayuden a superar el conflicto", concluye.

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