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Crónica:FÚTBOL | 18ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Sin puntas, pero con puntos

El Sevilla gana al Málaga en Nervión pese al flojo partido de sus delanteros

Algunos caballos, normalmente pequeños y desgarbados, logran con su trote cubrir distancias muy similares a las de los de elegante galope. El Sevilla no acaba de encontrarle el punto de sal a su juego y, aunque muchos lo cuestionan, casi nadie puede discutir su efectividad. Ayer, los sevillistas jugaron regular, sus delanteros volvieron a defraudar y desperdiciaron gran parte de la ventaja regalada por la temprana expulsión de Hidalgo. Pero ganaron.

Los enfrentamientos del Málaga con los equipos sevillanos suponen extraños derbies unidireccionales: tan sólo los malagueños -que no los profesionales- los viven como tales. Los forofos malaguistas se encargaron de calentar las gradas, pero el duelo nació destemplado, lento, lleno de fallos. Ninguno de los dos equipos apostó por la combinación, por intentar tener la pelota más tiempo que el contrincante.

SEVILLA 3 - MÁLAGA 1

Sevilla: Palop; Alves, David Prieto, Dragutinovic, David; Fernando Sales (Jesús Navas, m. 55), Martí, Maresca, Adriano (Diego Capel, m. 74); Luis Fabiano y Kanouté (Kepa, m. 46).

Málaga: Arnau; Jesús Gámez, Fernando Sanz (Gabriel, m. 80), César Navas, Alexis; Anderson (Morales, m. 46), Gerardo; Hidalgo; Edgar (Antonio López, m. 77), Salva y Nacho.

Goles: 1-0. M. 33. Maresca le gana la posición a Fernando Sanz y desvía a la red un pase de Alves. 1-1. M. 49. Salva cabecea a gol un pase, también con la cabeza, de Morales. 2-1. M. 66. Adriano, solo ante Arnau. 3-1. M. 68. Dragutinovic desvía con el tacón un disparo a puerta de Maresca.

Árbitro: Iturralde González. Amonestó a Alves, Sales, Gerardo, Alexis, Capel, Luis Fabiano, y expulsó con roja directa a Hidalgo (m. 29) y al segundo entrenador sevillista, Antonio Álvarez (m. 85).

Unos 40.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.

El Sevilla aplicó su falso juego directo y el Málaga simplemente hizo lo que pudo. Las tribulaciones de los delanteros sevillistas llevan al borde de la zozobra al sistema de juego diseñado por Juande Ramos y la solvencia del conjunto queda en manos de las individualidades. Ayer fueron Maresca y Adriano -y en buena medida Alves- los que solventaron la papeleta. Otras veces fue Saviola, ahora lesionado, aunque en pocas ocasiones decidió la delantera.

El jugador argentino cedido por el Barcelona aseguraba pocas semanas atrás que le despistaba que Ramos rotara a cuatro jugadores para los dos puestos de ataque. De los cuatro, únicamente el canterano Kepa se ciñe a las características clásicas del ariete. Tanto Saviola, como Kanouté o Luis Fabiano, funcionan más cerca de lo que se denomina como segundo delantero que en boca de gol.

Pero es que tampoco son enganches y con un dibujo en el que Jesús Navas o Sales por la derecha y Adriano por la izquierda se encargan de estirar el campo, inevitablemente se abre un brecha entre la línea de Maresca y Martí y los atacantes. Así el Sevilla práctica un fútbol en el que ciertamente prevalece el pase medio o largo sobre la elaboración, pero la división táctica y espacial del equipo impide que se le pueda calificar de directo.

Ayer, el Sevilla se arremangaba en la zona media del terreno de juego sin demasiado éxito. Hasta que llegó la expulsión de Hidalgo, que pateó bajo y con mala intención a Maresca, al que antes ya había golpeado en el estómago. La mala cabeza del centrocampista malaguista le alisó el camino al Sevilla que pudo adelantar su defensa y que Martí y Maresca se acercaran a los de adelante.

Maresca se hizo el dueño del centro del campo y fue el encargado de adelantar a su equipo con un toque sutil que le dejó facilísimo Fernando Sanz al trastabillarse y caer en su intento de interceptar el pase de Alves a la espalda de la rígida línea de la zaga malaguista. El italiano ya había estado a punto de marcar en un saque de falta que desvió Arnau en el minuto 18 y estrelló una pelota en el larguero en el 47. La grada de Nervión cada vez quiere más a este jugador.

Pero el Sevilla se durmió cuando parecía que lo tenía todo a placer. El inmenso uruguayo Morales salió en la segunda mitad a ejercer de poste de la luz. Y, a los pocos minutos, le puso con la cabeza un pase espléndido a Salva que, tras aprovecharse de la bisoñez de David Prieto en la marca, no desaprovechó.

Con el empate, el Málaga llegó a controlar el juego durante un buen número de minutos. Pero el Sevilla tiene mejores jugadores y uno de los que lo está haciendo muy bien este curso, Adriano, apareció en el momento justo para hacer lo necesario. El brasileño marcó a placer tras un buen centro de Martí y el Málaga se desvaneció. Poco después, Dragutinovic metió un gol de tacón que redondeaba el resultado.

Esta claro que el Sevilla trota más que galopa, pero se ha instalado confortablemente en la clase media de la Liga.

Palop despeja ante Alves (izquierda), Sales y Salva (abajo).
Palop despeja ante Alves (izquierda), Sales y Salva (abajo).GARCÍA CORDERO

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