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Los muertos en la pista de patinaje alemana se elevan a 14, la mayoría menores

La cifra de muertos por el derrumbe del pabellón de una pista de patinaje en Bad Reichenhall, en los Alpes alemanes, se elevó ayer a 14 personas, la mayoría con edades entre 12 y 14 años. Los equipos de rescate encontraron ayer tres cadáveres bajo los escombros. Se trata de dos niños y una niña. La policía informó de que una mujer de 40 años continúa desaparecida. El portavoz de la policía, Hubertus Andrae, afirmó que no pueden "renunciar a la esperanza, pero es casi imposible que siga viva". La cantidad de nieve requirió máquinas especiales para quitar los restos del edificio. De los 34 heridos, 13 continuaban ayer hospitalizados, pero ninguno se encuentra en peligro de muerte.

Mientras tanto, han aparecido voces que atribuyen la responsabilidad por la tragedia al alcalde de la ciudad bávara de 18.000 habitantes, Wolfgang Heitmeier. Según un informe de 2002 encargado por el Partido Socialdemócrata, el estado del techo requería rehabilitación. Heitmeier, independiente y que lleva 18 años en su cargo, rechazó las críticas. "El informe comprendía la recomendación de cambiar la tecnología del pabellón", dijo el alcalde ante la prensa. Y añadió: "Durante las próximas semanas habrá respuestas a cualquier pregunta relacionada con la responsabilidad". Algunos testigos cuentan otra versión. Según relató una mujer a Die Welt, "siempre goteó agua del techo".

Las autoridades alemanas no ven motivo alguno para establecer un control oficial similar al que existe para los coches, pese a que el peso de la nieve provocó el derrumbe de otros pabellones deportivos en diferentes sitios de Alemania, aunque sin heridos.

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