La brecha de precios con Europa alcanza el máximo en tres años
El crudo y la demanda interna explican el diferencial de 1,6 puntos
España se encarece cada vez más rápido en comparación con sus socios europeos. El diferencial de precios de consumo con la zona euro se agrandó en diciembre hasta 1,6 puntos, el nivel más alto desde enero de 2003. La mayor incidencia de los precios del petróleo en España y la fortaleza de la demanda interna explican este fenómeno, que lastra la competitividad de los productos españoles en el exterior.
La inflación de la zona euro acabó el año con una subida del 2,2%, dos décimas menos que en diciembre de 2004, según el avance de datos que lanzó ayer Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea. En España, sin embargo, el índice de precios de consumo (IPC) se disparó al 3,8% en el último mes del año, medio punto más que en diciembre de 2004. Son datos aún provisionales que sitúan el diferencial de precios en 1,6 puntos.
La brecha de precios, uno de los elementos que más hacen peligrar la competitividad de España en el exterior, escala así medio punto en un solo mes. El diferencial ha alcanzado el nivel más elevado desde enero de 2003, cuando ascendía a 1,7 puntos. El pasado ejercicio resultó especialmente adverso para este indicador, pues no se situó en ningún momento por debajo de un punto. Éste es el nivel a partir del cual los expertos consideran que se resiente la competitividad española (si los precios de los productos crecen más rápido que los de sus competidores pierden cuota de mercado).
Dependencia energética
Varios elementos explican ese empeoramiento registrado en diciembre. El encarecimiento del petróleo que se produjo en diciembre, con una media de casi 57 dólares de barril de brent, el crudo de referencia europea, frente a los 55,3 de noviembre, es uno de los principales. "Nuestra dependencia energética del petróleo es mayor que la de Europa", explica María del Valle, del servicio de estudios de las Cámaras de Comercio. El aprovechamiento energético de España es inferior al de la zona euro, por lo que los precios de la energía se trasladan más fácilmente a los de consumo.
También la temporada navideña se refleja en los precios españoles de forma más acusada que en el resto de Europa, añade María del Valle. El último factor que apunta esta experta como determinante del diferencial de precios es la evolución de los servicios. "La inflación en España se divide entre los bienes comercializables, más o menos moderados, y los servicios, entre ellos el turismo, donde España es más inflacionista", añade. El sector servicios, menos expuesto a la competitividad internacional, mantiene subidas anuales que apenas bajan del 4%.
Más allá de los elementos coyunturales de diciembre, el diferencial de inflación es una preocupación constante. La economía española crece dos puntos por encima de la media comunitaria, movida por el fuerte empuje de la demanda interna. De esa forma, empresas y sector público incrementan los precios sin miedo a perder clientela. Todo lo contrario de lo que ocurre en Europa, donde el crecimiento económico no acaba de despegar y, por tanto, las reticencias a subir precios son mayores. "No eleva los precios el que quiere, sino el que puede", apuntan desde el servicio de estudios de Caja Madrid.
La entidad financiera alerta de las consecuencias de un aumento de precios superior al europeo. "Este diferencial viene a agravar el problema de la pérdida de competitividad de la economía española".
Las perspectivas no son demasiado halagüeñas. "Enero no moderará esta tendencia por los anunciados aumentos de precios al comienzo del año", argumentan en las Cámaras de Comercio. Este organismo espera, no obstante, que aunque sólo sea por comparación con las malas cifras de 2005, la inflación se apacigüe a lo largo del ejercicio.
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