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Sin contactos en prisión ni con la trama asturiana de explosivos

Jorge A. Rodríguez

El hallazgo en poder de Abdelkrim Bensmail, lugarteniente del suicida argelino Allekema Lamari, en la cárcel de Villabona (Asturias) de las direcciones en varios penales de España de dos etarras, llevó a rastrear posibles contactos en las prisiones. Bensmail ha estado en la cárcel desde 1997 ininterrumpidamente y no se ha detectado correspondencia entre éste y etarras (todos tienen las comunicaciones intervenidas). Los implicados en el 11-M que han estado más próximos a etarras en prisión han sido Antonio Toro, cuñado del ex minero José Emilio Suárez Trashorras, y Rafa Zouhier, enlace entre la trama asturiana y los islamistas.

Toro coincidió en el módulo 8 de la cárcel de Villabona con Asier Uribarri Benito y Aratz Gómez Larrañaga, entre el 27 de julio y el 20 de diciembre de 2001. Zouhier estuvo durante tres meses en el mismo penal que Jokin Etxebarria, que robó el coche en el callejón de Trashorras. Sobre esto los informes dicen: "La coincidencia de dos reclusos en un mismo centro penitenciario no supone a priori que pueda derivar en ningún tipo de relación y, aún valorando la posibilidad (...) no parece viable que se tratara de un tema como la compra-venta de explosivos", pues ETA "lo considera una labor exclusiva del aparato logístico, no habiéndolo puesto nunca en manos de delincuentes comunes".

Vuelta a la cloratita

El PP se ha hecho eco de informaciones que insinuaron la posibilidad de que la trama de Asturias hubiera facilitado explosivos a ETA. La investigación lo descarta completamente. "Durante su última etapa" ETA "no ha utilizado en sus atentados dinamita que no fuera Tytadine de la sustraída en territorio francés". En relación con el atentado de Santander, el robo del coche en el callejón de Trashorras y la posible venta por éste de explosivos a ETA, los informes dicen: "En el último trimestre de 2002, ETA disponía de un importante arsenal" de unos "2.000 ó 2.500 kilos de dinamita Tytadine, resultante de varios asaltos" por lo que "resultaría ridículo suponer que tuviera necesidad de adquirir dinamita Goma-2 de la facilitada por Suárez Trashorras".

Cuando la Tytadine ha escaseado, como parece ocurrir ahora a ETA, ha vuelto a tirar de cloratita de fabricación propia o los tradicionales amosal y amonal, dicen los informes.

La última duda en surgir ha sido si ETA pudo poner en manos de los islamistas la tecnología para activar bombas con teléfonos móviles, desarrollada por el IRA. ETA había usado, entre 1999 y 2000, dos bombas con móviles pero no los ha vuelto a utilizar. Como temporizador ETA prefiere los relojes Casio PQ-10 y como pilas, las normales de nueve voltios (en lugar de la pila del móvil, que es lo fundamental para un artefacto con este aparato).

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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