_
_
_
_
_
Reportaje:FUERA DE RUTA

Un duelo junto al Neva

Visita en San Petersburgo a la última casa de Alexander Pushkin

En las afueras de San Petersburgo hay lugares de una gran belleza, cargados de recuerdos literarios y artísticos. Palacios, templetes, jardines, lagos y pabellones como los de Tsárskoye Seló, el pueblo del zar, donde Bartolomeo Rastrelli construyó un palacio para la zarina Isabel. Aquí está el famoso Salón de Ámbar que Federico Guillermo I de Prusia regaló a Pedro el Grande. En este lugar pasaba la aristocracia rusa las vacaciones de verano, y Pushkin estudió en el liceo desde 1811 hasta 1817.

El colegio fue creado para enseñar a un reducido grupo de jóvenes hijos de la nobleza que luego ocuparían cargos importantes en la burocracia del Estado. Lo fundó Alejandro I, precisamente en ese mismo año de 1811, fecha del ingreso de Pushkin. Era una escuela donde no había castigos corporales. Años después, durante el verano de 1831, el poeta y su mujer pasaron varios meses en una dacha que aún hoy se conserva en medio del pueblo.

En Tsárskoye Seló hay numerosos palacios. El de Alejandro fue levantado por Catalina la Grande para su futuro nieto Alejandro I. El último zar, Nicolás II, vivió en él desde 1904 hasta 1917. Una gran estatua de Pushkin se alza en medio del jardín junto al pabellón del antiguo liceo (toda Rusia está poblada de esculturas dedicadas a Pushkin). Las aulas estaban en el primer piso. En total, Pushkin pasó aquí seis años. Los alumnos, según las calificaciones, iban ocupando diferentes asientos en las primeras o en las últimas filas. Pushkin no fue un alumno brillante. Su carácter era alegre, rebelde y pasional. Era excelente en las materias que le gustaban y pésimo en las que le disgustaban. En el piso superior, los dormitorios se sucedían a uno y otro lado de un largo pasillo. Las habitaciones eran pequeñas, tenían camas estrechísimas y una mesa de estudio. En cada puerta había y hay un número, e igualmente constaba el nombre del ocupante. La número 4 era la de Pushkin. Los gritos de los muchachos se han transformado ahora en un gran silencio. Al fondo del oscuro corredor se encuentra una señora sentada. Impresiona contemplar los objetos detenidos en el tiempo, en el mismo ámbito donde hubo tantos deseos y esperanzas.

En Rusia hay una docena de museos consagrados a Pushkin. En Mijáilovskoie se halla la casa-granja del poeta, así como su sepultura. Otros están en Kichinev, Odesa, Bóldino o Moscú, donde vio la luz del sol y se casó. Desde la capital rusa hasta los Urales hay ciudades y poblaciones que conmemoran el itinerario del viaje que realizó para ambientarse en el escenario natural del alzamiento de Pugachov. Pero en San Petersburgo está el modesto apartamento, a orillas del Moika, en el número 12, donde falleció debido a las heridas recibidas en el duelo. Pushkin lo alquiló en el otoño de 1836. Aquí se trasladó, además de con su mujer y los cuatro hijos, con las dos cuñadas. El edificio fue construido a mitad del siglo XVIII por el barón Iván Cherkásov, secretario de Pedro I. Pushkin firmó el contrato de alquiler. Apenas vivió allí cinco meses. Desde septiembre de 1836 hasta el 29 de enero del año siguiente, cuando falleció.

Era y es un piso cuyas estancias se suceden unas tras otras. El recibidor y el comedor daban al Moika y, por tanto, a la calle, mientras que el resto de las estancias se orientaban al patio interior. Desde el despacho, Pushkin contemplaba las caballerizas, las cocheras, el suelo empedrado y embarrado las más de las veces. En definitiva, el ir y venir ruidoso de la vida cotidiana. En vez de perturbarle este trajín, lo que hacía era recordarle con nostalgia la aldea familiar y el despacho de su abuelo. No se encontraba a gusto en la corte y esperaba, a no mucho tardar, volver a recuperar el perdido sosiego y libertad: "¿Cuándo, cuándo podré trasladar mis penates a la aldea: campos, jardín, campesinos, libros, poéticas labores?". Nicolás I le prohibió abandonar San Petersburgo y estaba bajo vigilancia. Las dificultades económicas eran cada vez mayores.

Lo que hoy vemos en la casa es, en parte, original y, en parte, reconstrucción. La familia Pushkin, dos semanas después de los luctuosos acontecimientos, abandonó la vivienda. Natalia Goncharova, su mujer, se marchó con sus hijos a Kaluga, la hacienda de los progenitores. Unos días antes de la partida, el amigo íntimo del poeta, Zhukovski, dibujó el piso habitación por habitación tal cual estaba. Gracias a esta premonitoria labor, nosotros podemos pasear por las estancias como si hubieran quedado paradas en el tiempo. Sin embargo, el tiempo pasó por ellas, y no con demasiada consideración. Hasta el año 1925 no volvió a consagrarse a la memoria del poeta ruso por excelencia.

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

Despacho y biblioteca

De entre todas las estancias, el despacho es el eje central. Era el sanctasanctórum del escritor. Para Pushkin, la casa empezaba y acababa en su lugar de trabajo. Sus contemporáneos lo recuerdan como "una gran sala con una larga mesa, toda cargada de papeles en el centro, y estanterías con libros a lo largo de las paredes". La estancia que ahora contemplo es casi cuadrada. Contiene cuatro estanterías con libros. Tres están apoyadas sobre las paredes y una cuarta divide el espacio en dos ambientes. La mesa de escritorio es amplia, cómoda, con cajones a ambos lados, y el holgado sillón se sitúa a la altura de esta medianera. A un lado se encuentra el sofá rojo de piel en donde murió desangrado y una mesa con libros; mientras que en el otro lado hay una mesilla, un pequeño sillón y diversos bastones.

Zhukovski describió así el despacho: "a) sofá en el que ha muerto Pushkin; b) su mesa grande; c) el sillón en que se sentaba para trabajar; d) estanterías con libros". Zhukovski fue quien le pidió ayuda al zar para solventar las deudas y ofrecer un subsidio a la viuda y a los huérfanos, cosa que hizo el déspota; protegió a D'Anthès, recurriendo de nuevo al zar, para que no fuera duramente castigado por haber participado en el acto prohibido; y, quizá a cambio de todo esto, se ocupó de censurar la correspondencia del poeta. Benckendorff, el jefe de la policía, le comentó a Zhukovski que aquellas cartas "que pudieran hacer daño a la memoria del finado" le fueran entregadas. ¿Cuántas se conservaron? ¿Cuántas desaparecieron?

Pushkin nunca se separó de sus libros. A San Petersburgo los trasladó en 12 carros. No en vano, de joven había aprendido en el liceo el valor de la lectura. Camino de sus exilios, o a la búsqueda de mejores destinos, nunca prescindió de esta compañía. Es la biblioteca de un lector, de un coleccionista de piezas raras y valiosas, y de un escritor que la usó como herramienta de trabajo. El más antiguo libro es una Divina comedia de Dante, editada en París en 1596. Son dos tomos de pasta estampada en oro. En total, la biblioteca del poeta suma unos 5.000 volúmenes escritos en 14 idiomas.

La mañana del duelo, Pushkin la pasó dedicado a la elaboración de un nuevo número de la revista El Contemporáneo. Zhukovski contó que, ese día aciago, el futuro duelista se levantó alegre, trabajó en la revista y escribió una carta a la autora de la Historia de Rusia para niños. Su lecho de muerte se instaló precisamente aquí, en el despacho. Yo aún continúo en él, mientras grupos de personas pasan y pasan. En el diván estuvo desangrándose varias horas sin que los médicos pudieran hacer nada para curarle. Recibió en tal estado a sus familiares y amigos más íntimos. El momento más trágico se produjo en la noche del 27 al 28. Pushkin, perdida ya toda esperanza y en medio de grandes sufrimientos, mandó llamar a su esposa -hasta entonces había preferido mantenerla alejada- y a sus hijos. Finalmente, tras casi dos días de lenta agonía, Pushkin falleció a los 37 años de edad.

Un café literario

Vuelvo a mirar la estancia y reparo, una vez más, en los objetos diseminados. Me impresiona el sillón sobre el cual se desangró. Salgo a la calle y me encamino al café literario en la Nevski Prospekt siguiendo la orilla del Moika. Este paseo lo dio muchas veces Pushkin. El café está justo en el cruce de ambas calles. Es muy reconocible porque hay un muñeco del poeta sentado en una mesa escribiendo junto a una cristalera de la entrada. Al abrir la puerta me encuentro con una joyería que comparte el espacio con una floristería. El café está en un piso. La figura de Pushkin, de tamaño natural, no comparte sus días con los clientes de la cafetería, sino con los de la joyería. Debe de ser curioso trabajar en un lugar así con esa inquietante presencia. Cuando estuve había una joven dependienta. Estos tres establecimientos compartidos están situados en un bello edificio realizado por Vasili Stásov en el año 1815. Muchos otros artistas y escritores pasaron por él, entre ellos, Dostoievski y Lérmontov. Este último estaba convencido de que la muerte de Alexander Pushkin había sido provocada por el zar. El novelista siguió la misma suerte del poeta, y murió incluso a una edad más joven (1814-1841).

César Antonio Molina es director del Instituto Cervantes.

Estatua del poeta Alexander Pushkin en la plaza de las Artes, frente al Museo Ruso, en San Petersburgo.
Estatua del poeta Alexander Pushkin en la plaza de las Artes, frente al Museo Ruso, en San Petersburgo.STEVE RAYMER
El despacho plagado de libros de la Casa Museo  Pushkin (San Petersburgo), donde el poeta murió desangrado.
El despacho plagado de libros de la Casa Museo Pushkin (San Petersburgo), donde el poeta murió desangrado.DOUG SCOTT

GUÍA PRÁCTICA

Prefijo telefónico- 00 7 812.Cómo llegar- Lufthansa (www.lufthansa.com) tiene vuelos ida y vuelta de Madrid, vía Francfort, desde 496 euros (con tasas). -

British Ways (www.britishairways. com) ofrece vuelos ida y vuelta vía Londres, desde 520 euros (con tasas).Direcciones- Casa-museo de Pushkin. 12, canal Moika. Abre de 10.30 a 17.00. Cierra los martes y el último viernes de mes.Dormir- Hotel Astoria (www.astoria.spb.ru). La doble, desde 350 euros.- En petersburgcity.com/ accomodation/apartments se ofrecen apartamentos de alquiler.Comer- Café Literario. Nevsky Prospekt, 18. Precio medio, 35 euros.- Kavkaz Bar. Karavannaya Ulitsa, 18. Precio medio, sin vino, 25 euros.Información general- petersburgcity.com.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_