Siete inmigrantes logran entrar en Melilla por un tramo de la valla que aún no ha sido reforzado

Siete inmigrantes subsaharianos lograron en la madrugada de ayer colarse en Melilla por un tramo de la valla, cercano al paso fronterizo de Beni Enzar, que mide metro y medio de altura y aún no ha sido elevado. Los subsaharianos, que formaban parte de un grupo de 12, aprovecharon un descuido de los guardias que vigilan el perímetro. La Delegación del Gobierno hizo público un comunicado en el que afirma que el episodio no tiene que ver "en absoluto" con los intentos de entrada masivos de septiembre y octubre.

La intervención de los guardias civiles impidió que los otros cinco inmigrantes accedieran a territorio español. Los siete que lograron hacerlo fueron localizados posteriormente y trasladados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).

Según explicó el delegado del Gobierno en la ciudad autónoma, José Fernández Chacón, "anoche, cerca del espigón de Beni Enzar, que separa el puerto de Melilla de Marruecos, ocultos en la maleza y aprovechando un descuido de la policía marroquí, un grupo de entre 10 y 15 inmigrantes han intentado pasar y han aprovechado que en ese punto la valla no ha sido recrecida".

La valla de Melilla ha sido elevada de tres a seis metros, pero en ese punto la altura de la barrera es todavía de "metro y medio". Chacón declaró que se están estudiando los puntos débiles de la frontera, como éste, para elevarlos hasta seis metros. Explicó, además, que no se puede hablar en absoluto de avalancha, sino que se trata de un incidente "aislado e individualizado", como otros que se han producido después de la oleada de avalanchas con centenares de inmigrantes hace dos meses.

Es más, asegura el delegado del Gobierno, "la presión fronteriza actualmente en Melilla es la más baja de toda la historia".

En un comunicado, la Delegación del Gobierno señala: "La presión fronteriza en estos momentos es la más baja de los últimos años, estimándose por informaciones fehacientes que en la zona adyacente al perímetro hay sólo dos grupos de subsaharianos que no superan el centenar de integrantes"

El comunicado achaca esa bajada de la presión migratoria "al reforzamiento de los medios materiales, técnicos y humanos y a la magnífica colaboración que está prestando el Gobierno de Marruecos".

En septiembre y octubre, centenares de inmigrantes intentaron forzar las vallas fronterizas de Ceuta y de Melilla en sucesivas avalanchas. Al menos 11 murieron por disparos de los agentes marroquíes o por caídas. El fenómeno obligó al Gobierno español a reforzar la vigilancia de las vallas con personal del Ejército -que se retiró finalmente el pasado 14 de diciembre- y a aumentar la altura de las vallas. Marruecos realizó grandes redadas en la zona, y abandonó a decenas de subsaharianos en la zona del Sáhara Occidental controlada por el Frente Polisario y en el desierto fronterizo con Argelia, sin agua ni alimentos.