Una plaza de toros, o la otra

Los aficionados no tienen por qué preocuparse: Vitoria tendrá feria de La Blanca en todo caso. En la nueva plaza de toros, aunque la cubierta móvil no esté instalada, o, si hubiera algún contratiempo o las obras no concluyeran en el plazo previsto, en el antiguo coso, ya que no se demolerá hasta que transcurran las fiestas de agosto. Ésta es la previsión de los responsables del principal proyecto urbanístico que se va a desarrollar durante el presente mandato del alcalde Alfonso Alonso y que supondrá la renovación de una céntrica y apetitosa manzana de 35.000 metros cuadrados en los próximos dos años.

El proyecto se empezó a pergeñar hace cuatro años, aunque no fue hasta agosto pasado cuando se han desbloqueado las negociaciones entre el equipo de Gobierno municipal, del PP, y el PSE. Los socialistas superaron sus reticencias previas ante lo que veían como una mera operación urbanística. Son más de dos años de retraso en la puesta en marcha del proyecto que el equipo de arquitectos de Vitoria formado por Javier Mozas y Eduardo Aguirre diseñaron por encargo de FCC, y que fue ganador en un concurso restringido a cinco equipos. En estos meses, la constructora presidida por Marcelino Oreja ha decidido constituir una Unión Temporal de Empresas junto con Urco-Urbasa, inmobiliaria que también participó en aquel concurso con un proyecto del arquitecto navarro Manuel Blasco.

La nueva plaza será un pabellón multiusos para 7.294 espectadores

De momento, ya se ha transformado el aspecto físico de la parcela ubicada entre las calles Florida y Los Herrán, un trapecio irregular con el coso como único volumen en su centro, y el resto, dedicado a aparcamiento y mercado temporal al aire libre. Precisamente, el traslado del mercado de los jueves y los sábados a la plaza de Simón Bolivar, ha sido la penúltima traba que ha sufrido esta nueva obra. La última, las quejas de un grupo de vecinos de la calle Florida por los perjuicios que iba a ocasionar la altura de las nuevas edificaciones.

De momento, se mantendrá el coso taurino actual, tal y como han señalado las constructoras y el propio Ayuntamiento. No se quieren correr riesgos ante la próxima feria. A falta de la licencia de obras, ya solicitada, está previsto iniciar en enero las obras. La conclusión de la primera fase, que incluye la nueva plaza (sin cubierta) se ha fijado para agosto, coincidiendo con las fiestas. Dos años más tarde debe estar entregada la obra al Ayuntamiento.

El proyecto, con una inversión total de 90 millones, compone un complejo urnamo dotado con una plaza pública de 12.000 metros cuadrados que se pretende que se conserve diáfana para organizar grandes conciertos al aire libre, un aparcamiento, un edificio de 500 metros cuadrados, así como los espacios bajo grada. Sin olvidar la propia plaza de toros, concebida como un pabellón multiusos con cubierta móvil dividida en dos sectores translúcidos y un aforo de 7.294 espectadores. La obra se financiará con la venta de 96 viviendas. El Ayuntamiento tiene previsto además ingresar 7,3 millones en metálico con esta operación.