El complejo El Águila alojará un centro de recursos para artistas

"Madrid contará con un centro de recursos para artistas. Tenemos que sentar las bases para que ningún talento se pueda perder por falta de medios". Con estas palabras anunció ayer Álvaro Ballarín, director general de Archivos, Museos y Bibliotecas de la Comunidad de Madrid, la materialización de una de las grandes reivindicaciones del colectivo artístico, que ve con envidia cómo otras ciudades españolas tienen su factoría de creación: Hangar en Barcelona o Arteleku en San Sebastián.

El complejo cultural El Águila (Ramírez de Prado, 3), donde se ubica la Biblioteca Regional Joaquín Leguina, albergará el nuevo centro. Ya hay presupuestado más de un millón de euros para 2006 y, una vez completada la rehabilitación de los edificios, en 2007 será una realidad, aseguró Ballarín. Contará con laboratorios de producción y espacios de uso temporal y se organizarán intercambios internacionales.

El anuncio fue planteado ayer en la presentación de un proyecto impulsado por Artistas Visuales Asociados de Madrid (AVAM) y que pretende utilizar la ciudad y sus habitantes como base del proceso creativo, a la vez que muestra al público el desarrollo de las obras. "El artista hoy es un investigador social, cultural y político, más que un fabricante de piezas que se venden. Queremos poner énfasis en su proceso de trabajo, no sólo en el resultado", dijo Daniel Canogar, vicepresidente de AVAM.

La dirección artística de Madrid-Procesos-Redes corre a cargo de AVAM (www.avam.net) y de RMS La Asociación, que seleccionaron ocho propuestas de las 142 presentadas a una convocatoria de carácter internacional. Las acciones ganadoras son:

Identidad, del cubano Jorge Rodríguez Garada y la Argentina Ana Álvarez Errecalde. A semejanza de otra acción en Barcelona, los rostros de dos vecinos ocuparán en tamaño gigante la pared de un edificio de su barrio. Paralelos: Madrid. Gran Vía, Great Street, Grande Rue, Gran Viale, de la alicantina Rosell Mseguer, juega con el engaño de la mirada y evidencia la homogeneización de las urbes contemporáneas. La ciudad sobreexpuesta, de las madrileñas María Castelló y Vanessa Losada, crean una ruta videográfica por los macrocentros de ocio de la periferia. Burn Station es una estación copiadora ambulante con la que el colectivo Platoniq invitan a disfrutar de los contenidos libres. Fonoteca Tepepunk, del mexicano Eduardo Thomas, recopila la ambientación musical de los locutorios de inmigrantes en Lavapiés. Redes de sueños, de los colombianos Arnulfo Medina y Carlos Dubán, utiliza una cabina telefónica como receptáculo de imágenes níricas. Reparar el espacio, de la venezolana Ángela Bonadies, pone en manos de distintos ciudadanos (con cámaras desechables) el retrato de su entorno. Trincherismo, del madrileño Fernando Sánchez Castillo, estudia las construcciones defensivas de la Guerra Civil que permanecen en la capital y la región.

Los resultados se mostrarán a partir del 16 de febrero de 2006 precisamente en el Complejo El Águila. Mientras tanto, el seguimiento de las obras de Madrid-Procesos-Redes podrá hacerse en www.madridprocesos.org. En la nueva sede de AVAM (Pelayo, 62), también se ofrecerá información del proyecto, al tiempo que se facilitará el contacto entre los distintos profesionales. "Trabajaremos como un centro de recursos virtual", señaló Canogar.