Serrat trabaja de cronista

Las canciones de Joan Manuel Serrat son crónicas de la vida cotidiana. El domingo le hicieron ser cronista de fútbol. Es del Barça, y como aficionado al equipo azulgrana lo que más le alegra es un fracaso del Real Madrid. El domingo le recibió Helena García Melero en el plató de La marató, el gran show benéfico de TV-3, anunciándole la derrota del equipo blanco frente a Osasuna. Pero Serrat iba con las noticias sabidas: "Que no, que van empatados". Detrás suyo se oía, insistente, la voz del actor Fernando Guillén, que debe ser del Madrid: "¡Que van empatados!". Serrat llevaba más noticias: el árbitro había echado a un osasunista importante, Puñal, y él creía que había sido "una expulsión dudosa". Habló de cosas importantes: quiso animar a los que sufren enfermedades y operaciones (el programa se dedica a confortar a los que sufren) y volvió a contar su experiencia como "ex enfermo". Lo importante, dijo, es tener un buen médico, un buen cirujano, una familia que te ayude y una buena actitud. Lo de la actitud lo repitió varias veces. Como es un hombre con mucho sentido del humor, después de haberse puesto muy serio, regresó al fútbol y se congratuló de la marcha de su equipo con esta expresión: "El Barça es una actitud". Y no quiso seguir hablando del Madrid: "Lo importante es el 1-3" (por el triunfo azulgrana en Cádiz). En el otro lado, Ronaldo, que también es un buen cronista, les resumió el partido a los del Plus: "Ha salido todo mal".

En la telemaratón catalana alternaban el humor, las canciones y la preocupación por el alzheimer y el parkinson. En Antena 3 estaban preocupados por buscar a los más inteligentes. Tenían una pregunta Carlos Sobera y Silvia Jato: "¿Son más inteligentes los creyentes o los ateos?". Y otras de calado diverso: "¿Qué tijera será más útil para cortar una cartulina gruesa?", "¿Con qué sistema podemos levantar el peso usando la menor fuerza posible?". Me integré en el concurso. Debe ser un problema de actitud: cualquier cosa que contenga preguntas me engancha a la tele. Aunque no tenga respuestas para nada. Un problema de actitud.