Más pitos para Vázquez
La noche no pudo empezar mejor para Fernando Vázquez, ese extraño caso de entrenador cuestionado a pesar del éxito de su equipo. Tras dos semanas bajo un aluvión, el técnico del Celta se encontró con una muestra de aliento desacostumbrada para él en Balaídos. Los Celtarras, el grupo juvenil y radical de la afición, exhibieron una pancarta con el lema "Ánimo, Vázquez". El técnico también hizo lo posible para distender sus tormentosas relaciones con la hinchada. Antes de sentarse en el banquillo, se dirigió a la grada y juntó sus manos en gesto de pedir disculpas. En el anterior partido en Balaídos, que el Celta ganó al Betis (2-1), las cámaras de Televisión de Galicia sorprendieron a Vázquez murmurando improperios contra el público en respuesta a las protestas que afloraron desde la grada.
El técnico intentó anoche la reconciliación, pero el partido le ayudó poco. Al comienzo de la segunda parte regresaron los silbidos, sobre todo después de que reemplazase a Núñez, interior derecho, por el central Méndez. Una parte de Balaídos coreó el nombre de Gustavo López, el ídolo que el entrenador ha relegado al ostracismo.
Mejor le fue la noche a Tristán, otro que sufre las acometidas de su afición. El delantero del Deportivo sumó su séptimo gol en la Liga gracias al penalti que abrió el marcador y que él contribuyó decisivamente a gestar.
Pero es difícil que el delantero sevillano disfrute de una noche completa. En la segunda parte dispuso de otro penalti. Tristán buscó su segundo tanto y, como suele hacer habitualmente, amagó dos veces. Esteban se venció hacia un lado y remató hacia el contrario. Pero el disparo salió un metro por fuera. Minutos después falló otra ocasión solo ante Esteban.
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