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Crítica:ROCK
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Intuición de futuro

Hacía algún tiempo que no surgía en este país una banda con mayor proyección. Los granadinos Lori Meyers se han colocado, con apenas dos álbumes, como los mejor situados en la rampa de lanzamiento para portar las señas de identidad de un pop independiente nacional que anda necesitado de relevos generacionales. Si Viaje de estudios, su debut, les granjeó gran parte de la atención mediática gracias a un repertorio que suscitó las inevitables comparaciones con sus paisanos Los Planetas (aunque también se hacía notar el sello de quien fuera su productor, Mac McCaughan, de Superchunk), con el reciente Hostal Pimodan no han hecho más que desmarcarse de fáciles asociaciones recurriendo a un punto de mira de mayor recorrido: el que también sabe beber de la tradición pop hispana de los 60, con bandas de cabecera como Los Brincos (la versión de La caza de Juan y Junior que precedió a la edición del álbum fue premonitoria).

Lori Meyers

Noni López : Voz y guitarra. Julián Méndez: Bajo y voz. Alejandro Méndez: Guitarra y voz. Alfredo Núñez: Batería. Sala El Loco. Viernes 16 de diciembre.

Y en sus directos se refrenda con vigor la misma sensación de empaque y convencimiento que ya destilan sus discos. Ese punto de angulosa versatilidad y, sobre todo, esas gotitas de mala leche de la que tanto carecen otras bandas que se mueven en coordenadas similares sin conseguir trascender un previsible y endogámico corsé estilístico (caso de Panorama o sus paisanos Cecilia Ann).

Lori Meyers, hasta ahora, convencen. Tanto en sus recreaciones del canon melódico que tan bien han sabido moldear en los últimos quince años Teenage Fanclub (El aprendiz) como en los guiños sesenteros (Dilema) o en los acelerones propulsados por guitarras compulsivas (Viaje de estudios, la canción). Incluso hasta cuando se permiten algunas licencias, como el desarrollo instrumental pseudo progresivo que sirve para coronar El gallo ventrílocuo. Un directo sobrio, serio y directo al grano, poco propenso a la dispersión y a los apuntes anecdóticos, y repleto además de argumentos sólidos como para tenerles muy en cuenta con vistas a un futuro que ya está a la vuelta de la esquina.

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