Una solución con fama de problema

Ricardo Oliveira se destrozó la rodilla derecha cuando intentaba colarse en el área del Chelsea, durante el partido de Liga de Campeones del pasado 1 de noviembre en Sevilla y en el que se acabó imponiendo el Betis (1-0). Aunque la falta de un ariete puro no sea el único origen de los problemas del Betis, la contratación de un goleador se interpreta como el primer signo de la recuperación anímica y deportiva. El elegido es Diego Tardelli, de 20 años, procedente del São Paulo y con un currículo futbolístico formado por logros y críticas a partes iguales.

El brasileño cumple los requisitos impuestos por el presidente del club verdiblanco, Manuel Ruiz de Lopera: llega cedido hasta el final del curso y con una opción de compra si acaba gustando. Además, es barato. La cesión le costará al Betis 300.000 euros y la posible contratación definitiva rondaría los tres.

El jugador pasó la correspondiente revisión médica el lunes y, según distintas fuentes, tan sólo falta un fax del São Paulo para que el fichaje se haga oficial. Sin embargo, el futbolista no podrá alinearse con el conjunto sevillano hasta enero.

La prensa brasileña define a Tardelli como un delantero de potencia, quizá no un goleador puro como Oliveira, pero sí con llegada y olfato. Llegó al primer equipo del São Paulo en 2003 para ser el sustituto de Luis Fabiano. Empezó bien, pero finalmente se despistó entre su disputa por la titularidad con Luizão y sus travesuras juveniles. La afición paulista comenzó a llamarle Retardelli. En 2005, consiguió frente a Alemania el gol que llevó hasta semifinales a la selección brasileña sub 20 en el Mundial de Holanda. Sin embargo, lo estropeó todo con una expulsión tonta a los pocos minutos. Destacó en la victoria de su equipo en la Copa Libertadores. Tardelli estaba apartado del primer equipo del São Paulo desde finales de octubre, también por indisciplina y su gusto por el alcohol.