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Ronaldinho premia al Barça

El Barça, con el brasileño de guía, remonta ante el Sevilla, y el Madrid, con Ramos y Robinho en alza, gana en Málaga

José Sámano

El líder también gana sin brillo. A falta de luces en el medio campo, muy rebajado sin Xavi y Deco, Eto'o y Ronaldinho, una pareja que suma 23 goles en 15 partidos, son capaces de buscarse la vida por su cuenta. Con los tantos de uno y otro, el Barça remontó el primer gol del sevillista Kanouté en la Liga y enlazó su undécimo triunfo consecutivo, igualando el récord de la temporada 1955-1956. Sudó el Barça ante la mejor defensa de la Liga, pero Ronaldinho, que festejó, a pie de campo, junto a su madre, el Balón de Oro, acudió al rescate cuando más apretaba el Sevilla. Y lo hizo a lo grande, con un gol soberbio que concedió a los azulgrana una complicadísima victoria, por la entidad del rival y por sus bajas.

Casualidad o no, López Caro, novato en el banquillo madridista, hizo bingo en Málaga. Sergio Ramos fue medio centro en detrimento de Pablo García y Gravesen y no sólo fue el mejor de su equipo, sino que también marcó su segundo gol en una semana. Ramos, que con Luxemburgo ya fue pivote central en Riazor, volvió a demostrar que tiene tirón allá donde juegue. Además, el andaluz tiene un estilo muy madridista: su despliegue y su ubicuidad le conectan con ilustres como Pirri y Stielike. Al margen del enclave de Ramos, el nuevo técnico, un feligrés del fútbol por las bandas, improvisó por la orilla derecha a Robinho y el brasileño logró un soberbio tanto, muy al estilo de los extremos modernos, con una diagonal hacia el área y un zurdazo a la escuadra. La respuesta del entrenador interino -eso sostuvo el vicepresidente Emilio Butragueño- fue elocuente: lejos de festejar los goles como si fueran obra suya, se sentó en el banco. Un detalle de mesura y modestia, impropio en estos tiempos de técnicos que se sienten cabeza de reparto. Al hilo de Ramos, el Madrid sacó petróleo de su autoridad durante un buen trecho del primer periodo. Sumó dos goles y, lejos de cerrar el choque, le entró un ataque de apatía en el segundo periodo.

La victoria del Madrid se produjo dos horas después de que Osasuna, su próximo rival, encadenara su octavo triunfo consecutivo en El Sadar. No hay quien frene al equipo navarro, enquistado en lo más alto de la clasificación desde hace semanas.

Sergio Ramos, autor del primer gol del Madrid, abraza a Robinho tras marcar éste el segundo, en presencia de Zidane.
Sergio Ramos, autor del primer gol del Madrid, abraza a Robinho tras marcar éste el segundo, en presencia de Zidane.REUTERS

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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