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Reportaje:

Los Rolling Stones exhiben sus rarezas

El grupo británico selecciona en 'Rarities' sus temas favoritos de entre sus grabaciones más oscuras

Diego A. Manrique

Ya se sabe que los Rolling Stones son la más eficiente máquina de hacer dinero del planeta rock: en cuestiones de patrocinios y promociones, los británicos se apuntan a un bombardeo. Algunas de esas alianzas con empresas extramusicales producen resultados valiosos. Es el caso de Rarities (EMI), un disco que cubre grabaciones oscuras hechas entre 1971 y 2003. Acompañado por notas detalladas, la recopilación ofrece una aleccionadora visión del proceso de creación de los Stones.

Rarities es un fruto de las insospechadamente buenas relaciones entre los Rolling Stones y Starbucks. La cadena de cafeterías estadounidenses se ha convertido en uno de los principales minoristas para el rock y el soul clásicos; aparte de vender determinadas novedades, Starbucks tiene un sello propio, Hear Music, donde editan esencialmente compilaciones.

Jagger insiste en deshacer el mito de que se sumergieron en la disco music

Los Stones participaron el pasado año en Artist's choice, una colección donde las figuras eligen 16 de sus canciones favoritas. Solo disponible en Estados Unidos, el disco de preferidas de los Stones ofrecía una combinación de nombres previsibles (Robert Johnson, Muddy Waters, Al Green) y sorprendentes (los Beach Boys, Sade, André Williams). Se vendió bien y cuando Starbucks aceptó poner a la venta en sus cajas el último trabajo en estudio del cuarteto, A bigger bang, pidió una compensación: propuso la idea de ofrecer una antología de canciones inéditas de los propios Stones. En los archivos del grupo británico dormitan centenares de maquetas de piezas desconocidas, canciones no terminadas, temas desechados. Un apetitoso material que ha sido pirateado de mala manera y que los seguidores stonianos agradecerían tener en cuidadas versiones legales. Los Stones se negaron en redondo. Su orgullo de artesanos les impide lanzar material que rechazaron o abandonaron. En el estudio funciona la ley de la emoción fresca: les cuesta más volver sobre sus pasos que crear canciones nuevas. Lo que finalmente pactaron con Starbucks fue una antología particular de temas valiosos previamente aparecidos en caras B, en maxi-singles y en discos de directo. Así, Rarities solo contiene un tema no editado previamente, un ferviente Tumbling dice en clave desenchufada, que estaba destinado a su Stripped. Ese disco de 1998, grabado en locales de París y Ámsterdam, resulta ser uno de los favoritos del baterista Charlie Watts: "La gente que dice que Exile on Main Street es nuestra mejor obra debería considerar Stripped como el segundo de su lista". Rarities evidencia también que si se pudiera extraer un ADN colectivo, el de los Stones mostraría los 12 compases del blue. Según el guitarrista Keith Richards, es la música que usan como calentamiento: "A veces esos ejercicios se convierten en algo sólido y, si estamos en el estudio, se graban". La diferencia, explica Jagger al comienzo de su versión de I just wanna make love to you, es que inicialmente solían hacerlos muy rápidos y ahora se tocan lentos, más a la manera majestuosa o amenazadora de Muddy Waters, Howlin' Wolf. Si los blues sirven para desengrasar, el rock & roll funciona como estimulante para el público: han recuperado Let it rock, de Chuck Berry, con las guitarras encendidas de Richards y Mick Taylor.

Como todos los artistas de largo recorrido, los Stones saben que su producción reciente tiende a ser eclipsada por sus grabaciones canonizadas. Y han aprovechado Rarities para rescatar canciones sólo apreciadas por ellos: las baladas Anyway you look at it y Through the lonely nights, los blues propios Wish I'd never met you y Fancy man blues. Una favorita con una segunda oportunidad es Thru and thru, interpretación taciturna de Keith Richards como cantante que llamó la atención en la banda sonora de Los Soprano.

En los textos de Rarities, Jagger insiste en deshacer el mito de que unos frívolos Stones se sumergieron en la fiebre de la disco music a finales de los setenta. Dice que Miss you es su único tema disco y que Some girls, el elepé del que proviene, estaba más marcado por la sombra del punk rock. Jagger, que todavía disfruta bailando anónimamente en discotecas, firmó con el ingeniero Bob Clearmountain la primera remezcla de los Stones, precisamente la versión extensa de Miss you contenida en Rarities.

Charlie Watts dice que no tienen nada de lo que avergonzarse: "Los Stones siempre han sido una banda para bailar y por aquella época se nos empezaron a colar influencias de James Brown. Vamos, hubiéramos terminado sonando como Brown... si hubiéramos tenido la suerte de que nos saliera bien". Confirmando la descripción de Watts, Rarities muestra otras heterodoxias bailables de los Stones, como la segunda versión de If I was a dancer, al estilo de Sly & the Family Stone, o un Live with me en directo que parece salido de alguna sesión de Otis Redding.

En Rarities se recupera la telúrica remezcla neoyorquina de Harlem shuffle, el tema de Bob & Earl, que reunió en un estudio a un peculiar coro donde se desgañitaron Tom Waits, Bobby Womack y la futura señora de Springsteen, Patti Scialfa. Lástima que no recuerden mucho de lo que ocurrió aquella noche.

Los Rolling Stones en el Vicente Calderón, en el 2003.
Los Rolling Stones en el Vicente Calderón, en el 2003.MIGUEL GENER

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