"El cuerpo es un chollo para el Gobierno: poco molesto y barato"
En su casa de Guadalajara, Juan Ferrera repasa los problemas de un guardia civil, pero advierte: "Yo no puedo decir con libertad todo lo que pienso, porque si lo dijera, mañana estaría en una cárcel militar. En la Guardia Civil hay mucho miedo".
Pregunta. ¿Cuáles son las principales reivindicaciones?
Respuesta. No podemos reivindicar, lo tenemos prohibido, lo que podemos es manifestar deseos.
P. ¿Y cuáles son esos deseos?
R. Todos se resumen en lograr un mínimo de calidad de vida, que comienza con unos turnos de trabajo en condiciones.
P. ¿No los tienen ahora?
R. Ni siquiera sabemos en muchos casos si al día siguiente tendremos que trabajar o podremos descansar. Y sólo uno de cada siete agentes pueden coger las vacaciones en verano.
P. ¿Algo más?
R. Claro, mejores medios, un aumento de sueldo y la libertad de expresión. En resumen, que se nos trate como a cualquier otro policía. No pedimos más.
P. ¿Y el principal escollo?
R. El carácter militar del cuerpo. Estamos anclados en el pasado y no podemos avanzar. Se nos prohíbe hasta tener sindicatos... Somos un chollo: poco molestos, no reivindicativos y baratos.
P. ¿Qué tienen ustedes que no tengan los Mossos, la Ertzaintza o el Cuerpo Nacional de Policía?
R. Un Ministerio de Defensa encima. Tenemos lo peor de los militares y los policías y ninguna de las ventajas. Si hay una mejora para los funcionarios, no lo somos, si es para los policías, no lo somos, y si la hay para el Ejército, no se nos tiene en cuenta.
P. ¿Ese carácter militar dificulta su trabajo?
R. Nuestra formación es militar, estamos sujetos al Código Penal Militar y a una disciplina militar, y resulta que trabajamos de policía, no de soldado. Se nos enseña antes a desfilar que a atender un caso de violencia doméstica.
P. ¿Y si no hay mejoras, qué?
R. Haremos que ocurra. Terminaremos haciendo una gran movilización en toda España...
P. El director prometió mejoras antes de las concentraciones.
R. Nos prometen migajas.
P. Por lo menos tienen casas gratis.
R. La mitad de los guardias civiles no viven en cuarteles porque no hay para todos y los que lo hacen tienen que vivir en muchos casos en infraviviendas.
P. ¿Tan mal están?
R. La mitad tienen ratas, se caen las paredes...
P. ¿No se pasa un poco?
R. Primero, acaban siendo auténticos guetos; segundo, hace poco se electrocutó una niña en un cuartel por el mal estado de la instalación eléctrica, y por último, los guardias deben vivir con los ciudadanos, por salud mental.
P. ¿Se ha notado la llegada del PSOE al Gobierno?
R. Había mucha esperanza, porque se volcaron mucho cuando estaban en la oposición.
P. ¿Y después?
R. El primer jarro de agua fría fue el primer discurso de Bono, y el segundo, [Carlos] Arruche, un militar al frente de la Guardia Civil. La gente sintió algo parecido al sabor de la traición. A Bono se le llena la boca de Guardia Civil y luego dice que no vamos a tener sindicatos en la vida. Es el despotismo ilustrado.
P. Eso de que el Papa se cale un tricornio es...
R. ...Una gilipollez.
P. ¿Hay que dialogar con ETA si deja las armas?
R. Lo primero, lo más positivo, es que dejen las armas. El diálogo siempre es bueno.
P. Que todos los guardias de Almonte se den de baja, ¿cómo se interpreta?
R. Es un reflejo de la situación del cuerpo.
P. ¿Cómo cayó el caso Roquetas entre ustedes?
R. Como una bomba. Con lo que nos ha costado ser aceptados por la sociedad...
P. Y todo por la patria...
R. No, todo por los ciudadanos. Ése debería ser nuestro lema.
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