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La Asociación Unificada de Guardias Civiles respalda a un agente que pidió mejoras laborales

Juan Ferrera tiene abierto un expediente por falta grave que podría llevarle a la cárcel por sus declaraciones en una entrevista a EL PAÍS

La Asociación Unificada de Guardias Civiles, que agrupa a un tercio de los 72.000 agentes, se ha solidarizado hoy mediante un acto público en Guadalajara con uno de sus miembros, Juan Ferrera, al que se le ha abierto expediente por falta grave a raíz de sus declaraciones en el curso de una entrevista concedida al diario EL PAÍS, lo que podría llevarle a la cárcel.

En ese artículo, Ferrera aseguraba que "la Guardia Civil es un chollo para el Gobierno" por ser "poco molestos, no reivindicativos y baratos", y hacía públicas una serie de "deseos" para mejorar la situación laboral y personal de los agentes.

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"El cuerpo es un chollo para el Gobierno: poco molesto y barato"

Una treintena de agentes, miembros de la asociación, ha participado en este acto en la capital castellana, al que también han acudido su presidente, Fernando Carrillo, el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha y representantes del sindicato Comisiones Obreras y de Izquierda Unida. Los asistentes vestían una camiseta en la que se podía leer la leyenda: "Yo también soy Juan Ferrera", según informa Manuel Altozano.

La asociación ha explicado hoy que, en caso de que sancione a Ferrera, sus miembros enviarán un escrito de protesta con una copia de la entrevista a la Dirección General de la Guardia Civil afirmando que están de acuerdo con las declaraciones de Ferrera.

Miembros de la Asociación Unificada de Guardias Civiles aplauden a Ferrera (con camisa gris) al final del acto de hoy.
Miembros de la Asociación Unificada de Guardias Civiles aplauden a Ferrera (con camisa gris) al final del acto de hoy.ULY MARTÍN

Deseos, libertad de expresión y ratas en los cuarteles

En la entrevista publicada por EL PAÍS el pasado 11 de diciembre, Ferreras hacía públicos sus "deseos" ("reivindicar lo tenemos prohibido", aseguraba): "Lograr un mínimo de calidad de vida, que comienza con unos turnos de trabajo en condiciones. [Ahora] ni siquiera sabemos en muchos casos si al día siguiente tendremos que trabajar o podremos descansar. Y sólo uno de cada siete agentes pueden coger las vacaciones en verano". Pedía además "mejores medios, un aumento de sueldo y la libertad de expresión", y denunciaba el estado penoso en el que se encuentran muchas casas-cuartel ("la mitad tienen ratas, se caen las paredes").

Como principal escollo para lograrlo alegaba "el carácter militar del cuerpo". "Estamos anclados en el pasado y no podemos avanzar. Se nos prohíbe hasta tener sindicatos... Somos un chollo: poco molestos, no reivindicativos y baratos", explicaba, consciente de que podía ir a la cárcel por decir con libertad lo que piensa. "En la Guardia Civil hay mucho miedo", apostillaba al respecto. Ferreras, terminaba señalando que si no se producían mejoras en su situación organizarían "una gran movilización en toda España".

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