_
_
_
_
EL ENREDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Huevos de murciélago

¿HABRÁ ALGO MÁS TRISTE que dedicar una vida a medir el tamaño de los testículos de murciélago? En fin, triste, triste...: tampoco hagamos un juicio moral. Limitémonos a constatar el hecho. Periodismo sin interpretación: Científicos de la Universidad de Siracusa, en Estados Unidos, han estudiado el tamaño de los testículos de 334 especies de murciélago, y han llegado a la conclusión de que, cuanto más grandes son los testículos, menor es el cerebro. A más huevos, menos pesquis. Muchos ya lo sabíamos. Por intuición científica. Desde pequeñitos, muchos nos miramos y decimos: esto tiene que estar en algún lado. En el cerebro, hombre, en el cerebro. ¿Dónde iba a estar toda esa masa ausente? En el cerebro. Pero había que confirmarlo científicamente, y ahí está: confirmado científicamente: PA / PAR = IH. Paquetón de abajo dividido entre paquetón de arriba igual a inteligencia humana. Desde que se conoce este estudio, las discotecas se han llenado de chicos que se acercan a ligar diciendo: "Mí, tonto, mí cerebro nada, cero patatero". Y también hay quien se acerca a los hombres preguntando: "¿Logaritmo neperiano de 750?". Y si contestas correctamente, te descartan.

Mucha gente oirá hablar de que en España no nos gastamos en I+D, y pensará: bueno, no es grave, hay más letras

Expongo esto último para que se vea que los avances científicos tienen aplicación práctica. Mucha gente oirá hablar de que en España no nos gastamos nada en I+D, y pensará: bueno, no es grave, hay más letras. Y si además el I+D te lo gastas en C-C+P (cerebro menos cojón con perdón), no vale la pena. Pues sí, sí vale la pena.

O no. No se puede decidir muy a la ligera qué vale la pena y qué es importante. Hemos sabido esta semana que una de cada cinco personas residentes en España vive por debajo del umbral de pobreza. Bueno, y qué. Cuatro de cada cinco tardamos tres minutos en olvidarlo. Más ejemplos: con la tormenta política que estamos atravesando, se anuncian desde el Gobierno planes de atención a los ancianos, la ley de autonomía de las personas dependientes o el plan de integración de inmigrantes. Habrá quién diga: "Esto es para disimular lo verdaderamente importante". Puede ser, puede ser, aunque los discapacitados están tan y tan olvidados en España que agradecerán que cualquier Gobierno se acuerde de ellos, aunque sea para disimular lo verdaderamente importante, que es medirnos el murciélago para ver quién tiene el cerebro más grande.

Pobre murciélago. Ya es mala suerte nacer murciélago, animal no especialmente querido, para que encima te vayan tocando las pelotas unos científicos de Siracusa. Muy mal. Pobre murciélago. Habrán detectado que en toda la información no se habla de las murciélagas, ni se tiene en cuenta su punto de vista. Sólo se dice que los murciélagos tienen que desarrollar genitales y reducir cerebro porque a las hembras les gusta más. Van obligados. Se da por hecho el matriarcado. El murcielagado, en este caso. Claramente se ha hecho este estudio basándose en la opinión del murciélago macho: a la murciélaga, seguro que ni se la ha estudiado. Esto va así en todas las especies, se ve. Y concluiremos: ¿no sirve para nada el estudio, es una chorrada? Bueno, depende. En cierto sentido, el estudio sí quizá pueda ayudarnos a intuir el porqué de ese misterioso atractivo que siempre se ha atribuido a George W. Bush. Realmente, debe andar muy sobrado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_