Debilidad persistente

La Bolsa española ha terminado esta peculiar semana con un ritmo muy parecido al que tenía al comienzo, pero con un notable descenso en la actividad y un nivel más bajo en los precios, algo que en un principio podría considerarse como una reacción a la subida de los tipos de interés por parte del BCE.

El Ibex 35 terminó la sesión bajando el 0,06% y en 10.489,30 puntos, pero no sin antes tantear zonas más bajas, hasta tocar los 10.438,30 puntos, nivel en el que algunos valores reaccionaron más de la mano de sus cuidadores que por la presión del dinero.

La contratación en el mercado continuo descendió en 700 millones de euros respecto del día anterior, hasta quedar en 1.742,99 millones, de los que sólo 1.502,69 procedían de las operaciones "abiertas", pero con un descenso en la concentración del negocio en los tres grandes valores del mercado, Telefónica y los dos grandes bancos, hasta el 46% del total frente al 50% de las sesiones anteriores, lo que abre el juego muy discretamente.

La atención del mercado continúa centrada en los movimientos de los grandes inversores, a los que se relaciona muy directamente con el mercado de opciones y futuros, lo que parece poner un plazo muy concreto a los actuales movimientos y dejar la puerta abierta a una posible reacción en las dos semanas finales del ejercicio, opinión compartida por bastantes observadores.

La semana termina para el Ibex 35 con un descenso del 1,51% que pone un discreto toque de alarma en la situación del mercado español, ya que la Bolsa de París sólo baja en la semana el 0,03% y la de Francfort el 0,49%, con lo que en las dos últimas semanas la Bolsa española ha perdido en torno al 1,5% respecto de estos dos mercados.

Los indicadores anticipados de la OCDE, que pronostican un pequeño crecimiento en las principales áreas económicas -dólar, euro y yen- no lograron sacar a los inversores de su apatía y la mayoría de los mercados mantuvieron los descuentos en esta sesión. Sólo la Bolsa de Nueva York parecía reaccionar tímidamente al incremento de la confianza de los consumidores en diciembre, pero seguía en zona negativa en el cómputo anual.