_
_
_
_
Entrevista:Richard Hawley | MÚSICA

"Encontré otra forma de expresarme distinta de la agresividad"

Abril de 2005, telonero de Nancy Sinatra en un teatro madrileño: derroche de clase. Meses después, Festival de Benicàssim: emboba con su banda a un centenar mientras se agolpan multitudes ante Keane. Mediados de octubre, tercera visita, Barcelona y Madrid, salas rockeras: silencio absoluto cuando habla y salida por la puerta grande. Surgen dos interrogantes: ¿quién demonios es Richard Hawley, el guitarrista de la voz de crooner (entre Scott Walker y Elvis Presley) y las melodías atemporales? ¿Y por qué ha tardado tanto en grabar sus composiciones y decidirse a cantarlas? El primero resulta sencillo: as inglés (Sheffield, 1967) de las seis cuerdas que, tras militar en un tormentoso grupo pop-rock (Longpigs), trabajar de sesionero y ejercer como músico de directo para sus paisanos Pulp, opta por dar el salto, animado por éstos. La respuesta al segundo asombra: "Siempre he escrito canciones, pero pensaba que la gente se reiría de mi voz grave y que no gustaría algo tan ajeno a los tiempos que corren. Mis amigos de Pulp me salvaron la vida: me hicieron ver que podía ir por el mundo disfrutando. Encontré otra forma de expresarme distinta de la agresividad", explica un Hawley exhausto tras su extensa gira europea. Tras un miniálbum y dos largos, ha grabado el tercero, Cole's corner, con el sello Mute, filial de EMI. Hawley posee un target muy amplio: desde los indies al público, digamos, más clásico. "Si eres un ser humano, eres mi audiencia", apunta enfático, para proseguir con una loa a su nueva casa ("muy distinta de las multinacionales que he conocido"). Ni siquiera su rechazo a un productor célebre propuesto por la compañía empañó ese matrimonio.

Hay quien define lo que hace Richard Hawley como countrypolitan. "No sé qué es eso, aunque el country desde luego supone una de mis mayores influencias, además de los discos de la Sun, John Lee Hooker, Link Wray o la steel guitar de Santo & Johnny", refunfuña el hombre cuya obra parece un tributo eterno a Sheffield, urbe metalúrgica. Los títulos de sus discos lo corroboran: Cole's corner alude a una esquina de la ciudad, tradicional punto de encuentro para amigos y parejas; Lowedges (2003) es un suburbio de la misma y Late night final (2001), el grito de los repartidores de un diario. "Mi familia lleva 250 años en Sheffield. Por cierto, casi todos músicos. Y yo estoy criando allí a mis tres hijos. Lo que no puedo es fingir algo distinto. En mi música trato de aceptarme a mí mismo". Individuo tan sesudo posee también un perfil de genio chaveta a lo "eureka, lo encontré": "Cole's corner, el corte que da nombre al disco, me vino mientras columpiaba a mis hijos en el parque. Tuve que salir corriendo con ellos a casa para grabar la melodía y luego, ante sus llantos, volver a los columpios". El nuevo álbum, al que Richard concede cierto poder curativo ("y no ya porque cuando lo acabé mi padre, enfermo de cáncer, mejorara sorprendentemente, sino porque para mí ha sido algo necesario tras esos momentos duros"), está lleno de inspiraciones imprevistas: navegando junto a un amigo en la costa de Cornualles (The ocean) o en un taxi camino del estudio de grabación habitual, en Sheffield, propiedad de su coproductor y bajista, Colin Elliot. Incluso allí mismo: "Estábamos con los monos y las gafas protectoras acondicionando las paredes de una nueva habitación y se me encendió la bombilla. Llenos de polvo, corrimos hacia arriba y registramos The waters of my time en una sola toma. No podía mirarles: con la marca de las gafas parecían osos panda". Hawley ha invitado al legendario Hank Marvin, guitarra de The Shadows, a tocar en su nuevo single e, hiperactivo, también brilla produciendo a novatos (Hoggboy) o a la hija de Sinatra. "Nancy es genial. Por Navidad mandó un paquete enorme con cajas para sombreros llenas de caramelos. Juntas formaban un muñeco de nieve. No sabía si darle las gracias o enviarle la cuenta del dentista", concluye.

El músico británico Richard Hawley.
El músico británico Richard Hawley.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_