Edad de descubrimientos con alguna novedad

Desde la primera edición de Age of Empires (1998) su reconocimiento y prestigio no han parado de crecer, colocándolo como uno de los juegos preferidos en estrategia en tiempo real, un subgénero en el que cada movimiento se ejecuta en el momento preciso, sin necesidad de esperar un turno.

Al primer Age of Empires, ambientado en la época antigua, le siguieron algunas expansiones y Age of Empires II: The Age of Kings, que estaba localizado en la edad Media. Ahora llega, Age of Empires III: Age of Discovery, basado en el mismo sistema de juego, pero con algunas novedades gráficas, jugables y ambientado en la época del descubrimiento de América.

En esencia, el sistema de Age of Empires III es el mismo que el de sus antecesores, cosa que gustará a algunos, pero que disgustará a los que buscan innovación. Como es costumbre será necesario recolectar recursos: madera, comida y plata, para ir avanzando y así ir superando diferentes fases desde la edad colonial, pasando por la edad de las fortalezas y la edad industrial para acabar con la edad imperial. Entre los pocos aspectos innovadores, cabe destacar la metrópoli o ciudad de origen del pueblo explorador. A la metrópoli llegan productos del nuevo mundo y de ella parte el abastecimiento o refuerzos militares, y además pueden utilizarse en partidas multijugador.

Los aspectos visuales también han recibido un lavado de cara. Gráficamente goza de un aspecto envidiable, todo tridimensional. Su sistema de iluminación crea unas sombras muy realistas proyectadas en edificios o en las aguas.

Como en cada Age of Empires el programa cuenta con una serie de pueblos de 12 países, ligados históricamente a la colonización del nuevo mundo. Los colonizadores podrán establecer contacto con pueblos indígenas, como los mayas o los iroqueses. En definitiva, es un título muy recomendable para los que les encanta la saga, ya que de nuevo disfrutarán con los aspectos de siempre; para los que comiencen con la estrategia también es un buen entretenimiento, pero los que busquen innovación radical, la echarán de menos.