Queridos Reyes Magos

Os escribo esta carta desde Madrid no tanto para pediros regalos como para preveniros. Primero, creo que debéis saber que, aunque algunos digan que España está rota, mienten. Lo que está roto es Madrid. Está roto por todas partes: las calles están rotas, las carreteras están rotas, las tuberías de agua se rompen y surgen fuentes artificiales por doquier. En Madrid todo está roto. Si venís como siempre, en camello, poned mucha precaución.

Tampoco creo que sea buena idea que vengáis en helicóptero. También se rompen y se caen, y, si os descuidáis, se os sube algún precandidato del PP para hacer precampaña. Por eso os advierto de que tengáis cuidado con las cabalgatas, porque seguramente las cabezas pensantes del PP, al ver mucha gente junta, aprovechen para decir que son manifestaciones en contra de los matrimonios gays, en contra del Estatut, en contra... En definitiva, en contra del Gobierno de esa España que dicen que se rompe.

Seguramente, tras las cabalgatas, Esperanza Aguirre, presidenta madrileña de altos vuelos, afirme que dos millones de madrileños o tres millones de madrileños han ido a manifestarse contra ZP y que va a mandar plantar un árbol por cada manifestante que acuda a la cabalgata, dos si son pequeños.

Quizá sí sería bueno que le traigáis a Esperanza Aguirre una calculadora para que aprenda a contar. Es que se obsesiona porque en las escuelas se estudie religión católica y luego no salen las cuentas de manifestantes y árboles. Y como tenéis mano con el Niño Jesús, os pediría que dijera a los obispos que cambie el orden de las sílabas de la Cope y pase a llamarse Peco, porque pecar, pecan. También intuyo que el Niño Jesús no tiene ninguna mano con los obispos, pero por probar...