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Reportaje:

Caprichos para todos en hoteles de lujo

Los cafés y bares de algunos célebres alojamientos abren sus puertas a los visitantes

Las habitaciones de un hotel de lujo están al alcance exclusivo de unos cuantos privilegiados. Pero hay otra forma de visitar estos templos de la buena vida: sus restaurantes, bares y tiendas están abiertos no sólo a quienes allí se alojan. Merece la pena pagar un poco más por un café a cambio de conocer lugares legendarios por los que han pasado príncipes, jefes de Estado y estrellas de cine.

El evocador hotel Danieli, en Venecia, guarda entre sus muros más de cinco siglos de historia. El edificio, que fue residencia del Dux Dandolo, empezó siendo un incómodo albergo en 1822, y con el paso del tiempo se convirtió en un alojamiento más refinado hasta devenir en hotel de lujo. Su privilegiada situación, junto a la plaza de San Marcos, unida a las vistas espectaculares y al peso de su historia, le convierten en el destino preferido por los turistas ricos. El precio de las habitaciones es estratosférico, pero cualquiera puede disfrutar del bar de la planta baja, que es el lugar más bello de todo el edificio. Las consumiciones resultan caras (una copa cuesta 15 euros), pero no más que en cualquiera de los locales de los alrededores. Los camareros son simpáticos y atentos, y hay música de piano. Si se quiere hacer un exceso se puede cenar en el restaurante La Terrazza, que tiene una de las mejores vistas de Venecia, pero la cuenta rondará los 100 euros por persona y el servicio no suele estar a la altura.

Sin dejar Italia, el romano hotel Hassler es otro lugar de ensueño. Situado junto a la escalinata de la plaza de España, ofrece una de las mejores panorámicas de la Ciudad Eterna. El desayuno en el restaurante de la terraza cuesta 45 euros, pero las vistas valen un millón. Y en verano puede visitarse el bar Palm Court, en el jardín, donde cobran nueve euros por una cerveza. Si uno quiere refrescar sus recuerdos puede adquirir un frasco de Amorvero, un perfume que se fabrica para el hotel y se vende en las exclusivas tiendas del vestíbulo.

En París, la fiesta será completa con una breve parada en el hotel Crillon, inaugurado en 1909. El edificio que alberga el hotel fue construido en el siglo XVIII por Louis François Trouard. Hoy, el Crillon representa la quintaesencia del lujo parisiense. Una cena en su restaurante es toda una experiencia gastronómica al precio de 100 euros. Más económico resulta un almuerzo en el bar: un sándwich, una cerveza y un inolvidable milhojas de vainilla cuestan 45 euros. Un lujo alcanzable es tomar una copa de champaña rosa Taittinger por 17 euros (no se arriesgue con una botella de Dom Perignom, pues supera los 1.100 euros) o un chocolate en el jardín de invierno por 10 euros.

El café del hotel Sacher es uno de los lugares más encantadores de Viena. Pequeño, acogedor, envuelto en una atmósfera decimonónica de doncellas con cofia y delantales almidonados, es el sitio ideal para hacer un alto en el camino. Por nueve euros se puede disfrutar de un café y una porción de la justamente célebre tarta Sacher, una exquisitez de bizcocho de chocolate y mermelada de albaricoque imitada mil veces por pasteleros de todo el mundo. No pierda la ocasión de probar la auténtica. En la tienda del hotel venden las tartas cuidadosamente empaquetadas para llevarlas como souvenir.

Quien viaje a Londres no debe pasar por alto una visita al hotel Savoy, uno de los establecimientos hoteleros con más sabor de la capital británica. En el bar, un cóctel cuesta 14,6 euros, pero si se quiere vivir una experiencia ciento por ciento british sugerimos un té completo en el foyer del hotel. Es caro (cuesta unos 40 euros), pero la selección de sándwiches, mermeladas, bollos y pastelería es espectacular, igual que los scones servidos con crema.

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Dejemos Europa para cruzar el charco. Visitar Nueva York es siempre un placer, y para completarlo sugerimos una incursión en dos establecimientos que reflejan las distintas caras de la ciudad. El primero es el mítico Waldorf Astoria, asociado a la vida social neoyorquina desde su apertura en 1893. El hotel ofrece muchas posibilidades a los curiosos. Una propuesta es pedir un cosmopolitan (10 euros) en el bar Sir Harry, junto al vestíbulo, o bien hacer el lunch express en el bar Bull and Bear: por 21 euros sirven dos platos y postre. Es bueno reservar (001 212 872 49 00). Y para experimentar lo que es un desayuno americano, el bufé de Oscar's American Brasserie ofrece todo lo que uno pueda imaginar por unos 20 euros. El fin de semana se sirve hasta las 12.30.

Una vez saboreado el clasicismo de la Gran Manzana cambiemos de tercio y vayamos al Soho para encontrarnos con la tienda de Prada (obra de Rem Koolhaas), restaurantes, galerías..., y el sofisticado hotel Soho Grand, con sus habitaciones minimalistas y terriblemente caras. Pero por la noche se puede tomar una copa (10 euros) en su glamouroso bar, aunque la mejor experiencia es hacer el brunch del domingo en el restaurante al precio de 21 euros. Que nadie se sorprenda si en la mesa de al lado se sienta un director de cine o las protagonistas de alguna serie de éxito.

En Marruecos, el must de los viajeros pudientes es el hotel La Mamounia, en Marraquech. Merece la pena pasear por sus frescos jardines, y para ello nada como tomar el lunch en el bufé de la piscina por unos 45 euros. También resulta asequible el zumo de naranja o una taza de café, que no llegan a cuatro euros, o un whisky por 12 euros en el bar Churchill. Y en Lisboa no hay que perderse el Lapa Palace, en el aristocrático barrio de A Lapa. El Lapa Palace se encuentra en el antiguo palacio del conde de Valença, que fue adaptado para convertirlo en un hotel de lujo. Si alojarse en la suite de la Torre (que tiene la mejor vista de Lisboa) es un privilegio reservado a unos pocos, más accesible resulta cenar en el restaurante Cipriani. El servicio es insuperable, y la cocina, espléndida. La cuenta rondará los 60 euros por persona. Y en verano puede hacerse un almuerzo ligero en Le Pavillion, el restaurante de la piscina, por unos 30 euros, lo que dará ocasión de visitar los centenarios jardines del hotel. Por la tarde, en el bar Río Tejo se sirve una cuidada selección de tés a partir de seis euros. Por otro lado, los adictos a las curas de belleza encontrarán en el Lapa Palace un auténtico paraíso: a partir de 40 euros, el spa del hotel ofrece distintos masajes y sugerentes tratamientos para la piel con productos de La Prairie que en verano se pueden recibir en la piscina exterior.

Escalera en uno de los espacios comunes del hotel Danieli de Venecia (Italia).
Escalera en uno de los espacios comunes del hotel Danieli de Venecia (Italia).

GUÍA PRÁCTICA

Las direcciones

- Hotel Sacher Wien (www.sacher.com; 0043 1 51 45 60). Philharmonikerstrasse, 4. Viena.

- Hotel Savoy (0044 20 78 36 43 43; www.fairmont.com/savoy). Strand. Londres.

- Hotel Crillon (www.crillon.com; 0033 14 47 15 00). 10, Place de la Concorde. París.

- Soho Grand Hotel (001 212 965 30 00; www.sohogrand.com). 310, West Broadway. Nueva York.

- Hotel Waldorf Astoria (001 212 355 30 00; www.waldorfastoria.com). 100, East 50th Street. Nueva York.

- Hotel La Mamounia (00212 44 38 86 00; www.mamounia.com). Avenue Bab Jdid, 40. Marraquech.

- Hotel Lapa Palace (00351 21 394 94 94; www.lapapalace.com). Rua do Pau da Bandeira, 4. Lisboa.

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