La bota rota de la presidenta

Esperanza Aguirre acudió ayer a su escaño de la Asamblea de Madrid como si unas horas antes no hubiera sufrido un accidente de helicóptero. Eso sí, llegó con la sesión comenzada. Intentó pasar inadvertida, pero fue imposible. Desde la bancada de enfrente, el líder socialista Rafael Simancas le hizo un gesto de complicidad al que respondió agradecida Aguirre a la vez que levantó ligeramente una de sus botas para que Simancas viera que estaba rota.

La presidenta no se había cambiado de ropa después de salir ilesa del accidente de helicóptero que sufrió cuando acompañaba al líder del PP Mariano Rajoy en una visita a Móstoles.

Cuando el portavoz socialista comenzó su intervención en el pleno de Presupuestos aseguró alegrarse "sinceramente" de que la presidenta estuviera bien y en la Cámara. Simancas trasladó a Aguirre la "satisfacción" de su grupo "por que su accidente no haya tenido consecuencia alguna en su salud", y aseguró que los diputados socialistas se alegran "muy sinceramente" de ello.

Fernando Marín, portavoz de Izquierda Unida, no se quedó atrás y también "sinceramente" se congratuló de que Aguirre hubiera salido ilesa. "Me alegro mucho, sinceramente, de que esté usted aquí ilesa después del accidente", dijo. Ella, desde su escaño, sonreía algo emocionada.

Aguirre alteró algo su agenda. La presidenta que tenía un almuerzo de trabajo, lo canceló para poder comer con su marido y sus hijos. La familia estaba un poco preocupada y por eso decidió reunirse con ellos y tranquilizarlos.

"Y esta noche celebro mi cumpleaños", bromeó la presidenta. Era la manera de expresar su alegría por haber salido indemne del accidente. La celebración fue de nuevo familiar, tras suspender varios actos oficiales.

Aguirre mantiene su agenda para hoy. En la Real Casa de Correos se celebra el día de la Constitución y ella será la anfitriona de la cita, junto con el delegado del Gobierno en Madrid, Constantino Méndez.