El motor V8 ralentiza la F-1
El Campeonato del Mundo de Fórmula 1 se va a ralentizar a partir de la próxima temporada. No es lo que todos esperan de una competición concebida para ser el paradigma de la velocidad en el contexto del automovilismo. Sin embargo, el crucial cambio reglamentario que obliga a las escuderías a utilizar motores V8 de 2,4 litros, en vez de los clásicos V10 de 3 litros, supone una pérdida de potencia de más de 200 CV y, como consecuencia, un descenso notable en la velocidad. Eso era algo que Pedro Martínez de la Rosa había anunciado ya el pasado septiembre cuando probó por primera vez el nuevo proyecto de McLaren para la próxima campaña, el MP4 21B. Ayer, todos los pilotos que se entrenaron en Montmeló (Barcelona) pudieron también constatarlo, especialmente los de la escudería Toyota, que puso en la pista su nuevo y flamante TF106 con todas las especificaciones de la próxima temporada.
El nuevo Toyota se estrena en Montmeló y se queda a más de tres segundos de los tiempos del V10
"Sabíamos que íbamos a perder mucho en relación a este año, pero estamos algo sorprendidos por las prestaciones del nuevo bólido", explicó Paul Gascoyne, director deportivo de la escudería japonesa; "la caída de las prestaciones en relación al V10 de la pasada temporada puede evaluarse en unos dos o tres segundos por vuelta. No creo que nadie logre acercarse más". Gascoyne es consciente del trabajo que todavía les queda por hacer: "El coche presenta algunos problemas en la suspensión delantera y hay que acabar de adaptarlo a los neumáticos Bridgestone con los que vamos a correr el próximo año. Estamos aún lejos del bólido que esperamos tener en Bahrein. Lo más importante ahora es trabajar en la fiabilidad mecánica. La aerodinámica ya la concluiremos en los últimos meses".
Evolución vertiginosa
Como es habitual en la F-1, la evolución mecánica y aerodinámica de los coches es brutal en cuestion de pocas semanas. Un bólido suele ser modificado hasta en un 50% desde el inicio de la temporada hasta su conclusión. McLaren ya ha logrado mejorar las prestaciones de su nuevo auto en un segundo. No es ninguna tontería. Eso supone un intenso trabajo en el motor y en su adaptación al chasis.
"La cuestión es que McLaren no va a pararse ahí", afirma De la Rosa, que consiguió el cuarto mejor registro (1m 18s), cinco décimas más lento que el Red Bull de Christian Klien, el más rápido de la jornada. "Sin embargo", matizó, "no creo que mejoremos más de un segundo en los meses que faltan hasta el Mundial. Para mí, las diferencias con los V10 se situarán entre 3 y 5 segundos por vuelta. La incorporación de los motores V8 es un paso atrás: menos potencia, menos velocidad y un sonido más ronco y más feo. Los espectadores van a sufrir".
El mejor tiempo de ayer, 1m 17,5s, queda a casi tres segundos del 1m 14s que marcaron Jarno Trulli, Fernando Alonso y Kimi Raikkonen en la cronometrada del Gran Premio de España, el pasado mayo. Trulli, que ayer se estrenó con el nuevo Toyota, no bajó de 1m 18s. "Es un cambio importante para el piloto", reconoció el italiano, que, a pesar de todo, se mostró optimista con vistas al futuro. "Tendremos menos potencia y, por tanto, deberemos ser mucho más precisos. No habrá ventajas para nadie. Lo que más me ha sorprendido es que es un coche fácil de conducir. No obstante, lo que está claro es que cualquier piloto lo que quiere siempre es correr más".
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