Cuatro de Shevchenko

Seis meses después, Andrei Shevchenko se sacudió de encima los demonios que desde la fatídica noche del 25 de mayo le perseguían. De vuelta en Estambul, donde el Milan mascó la tragedia en la final de la Champions cuando el Liverpool le remontó tres goles en contra en 45 minutos y le apuntilló en los penaltis, el ucranio le endosó cuatro goles al Fenerbahçe. Un récord más del delantero, reconocido como el mejor futbolista europeo de 2004; nunca antes el mismo hombre había sellado una tunda semejante lejos de su campo en la Liga de Campeones.

Niño de Chernóbil, a Sheva le tenían intranquilo los aciertos de Gilardino, que en la liga italiana cuenta ocho dianas. Tres más que los logrados por el voraz atacante forjado en la escuela del Dínamo de Kiev. Desde ayer suma seis en la élite europea, lo que equivale a un gol cada 67 minutos. Formando pareja precisamente con Gilardino, el tallo procedente del Parma, Shevchenko le hincó el diente a los otomanos a los 15 minutos, tras una cabalgada y un potente disparo raso. Ahí comenzó, para desespero del meta Volkan, la actuación del rossonero. Y para los 30.000 aficionados que bullían en el Sukru Saracoglu, el estadio donde hace una semana Suiza apeó a Turquía del Mundial de Alemania entre agresiones y juramentos.

Si el primer gol confirmó la potencia motora de Shevchenko, los que le siguieron resumen las virtudes del milanista. El segundo llegó tras una combinación de toda la delantera. El tercero y el cuarto, simplemente, tuvo que empujarlos.

Pese a lo magistral de su actuación, el artillero ucranio compartirá las tertulias de los cafés de Milán con el interista Adriano. El brasileño le endosó un hat trick al Artmedia eslovaco. Igualito que Kobiashvili, autor de los tres goles del Schalke al PSV. Dos fueron de penalti.