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La apertura al paisaje de las escuelas de Barbizon y Olot se expone en Vitoria

La sala de Caja Vital ofrece una muestra de la obra de 25 artistas

A mediados del siglo XIX, los pintores sacan el caballete al campo. No van a coger apuntes del natural, como se hacía hasta entonces, sino que pintan directamente los paisajes de los alrededores de la ciudad artística por excelencia, París, donde acudía todo aquel que quería ser alguien en el mundo de la pintura. Hasta el 8 de diciembre, la Caja Vital presenta los trabajos de algunos de aquellos precursores del impresionismo, que se reunían alrededor de la localidad de Barbizon, y parte de la obra de sus seguidores de la escuela catalana de Olot.

La exposición supone el reconocimiento de quienes expresaron la rebeldía romántica por primera vez en las artes plásticas. Théodore Rousseau y sus compañeros estaban hartos del conservador academicismo de la Escuela de Bellas Artes de París. Las obras de este grupo de pintores habían sido rechazadas por los jurados de los famosos salones de Bellas Artes, concretamente aquellos que se celebraron en la capital gala entre 1831 y 1837. En ese contexto hay que situar el traslado al humedal de Barbizon, una pequeña aldea junto al bosque de Fointanebleau, lugares decisivos en aquella búsqueda de la libertad creadora, lejos de las ataduras académicas.

Les habían precedido, años antes, Paul Huett o Corot, porque el paisaje de la zona y la cercanía de París eran atractivos indudables para el periodo que va de la primavera al otoño. Pero fue el grupo comandado por Rousseau (en el que destacan Jean-François Millet, Narcisse Díaz de la Peña o Constant Troyon) el que estableció el lugar como referencia.

Precisamente, fue Troyon uno de los grandes inspiradores del impresionismo de Manet, Monet o Renoir. Sus paisajes sin motivo en concreto, en los que se busca más recrear una sensación ambiental que un pedazo de naturaleza, son imprescindibles para entender la pintura posterior. No en vano, Renoir o Monet estuvieron en Barbizon en busca de la inspiración que emanaba del paisaje de la zona.

La influencia de este grupo trascendió las fronteras francesas hasta llegar a la pintura catalana de la segunda mitad del XIX. La comarca gerundense de La Garrotxa, con su capital Olot como referencia, atrajo a pintores que estudiaban en Barcelona, con Joaquin Vayreda a la cabeza. La muestra que se presenta en la Caja Vital ofrece una selección de óleos de Vayreda y sus discípulos, en la que se aprecia la influencia de Barbizon. En total, la exposición recoge el trabajo de más de 25 artistas, que marcaron un antes y un después en la forma de mirar el entorno natural.

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