Los más grandes
Si U2 sueñan con llegar a ser un día los Stones, Chris Martin y los suyos van camino de convertir en realidad su particular deseo: coger el sitio a Bono y su cuadrilla. Así es este negocio en 2005: la presión por no soltar lo ganado hace que grupos como Coldplay, con tan solo tres discos a sus espaldas, se vean obligados a escalar cumbres mucho antes de lo que ocurría con las bandas de los sesenta, setenta y ochenta.
Sin embargo, siendo justos, Coldplay tienen grandes dosis de talento musical. A juzgar por lo contemplado en su visita a Madrid, en la que agotaron el papel a base de multitud entregada, demostraron que son ya la banda de pop más grande del planeta, porque además viven un momento pleno de talento y conexión con el público. Son los más grandes porque, debido a la plenitud de sus veintipico años, están en lo más alto. Poco importa que su música no sea un prodigio de diversión extrovertida, sino más bien de todo lo contrario. En un escenario en el que el ciclorama era una pantalla de vídeo y cuya sobria decoración daba realce al aspecto musical del grupo, los londinenses salieron a los sones de Square One con su solista en plan saltimbanqui, con playeras blancas, y demostrando cada vez que tenía ocasión que su mujer la actriz Gwyneth Paltrow -que estaba entre bambalinas- le ha puesto las pilas en lo de aprender castellano: no decía "muchas gracias", sino "muchísimas".
Coldplay
Chris Martin (voz, piano y guitarra), Jon Buckland (guitarra), Guy Berryman (bajo) y Will Champion (batería). Palacio de Deportes de la Comunidad. Madrid, martes 22 de noviembre.
En un curioso apoteosis continuo, la banda se sintió todo el tiempo a sus anchas e hizo un concierto intenso, lleno de guiños al público y de incitaciones para que éste cantara, aspecto en el que, sinceramente, no fue necesario insistir demasiado, porque los asistentes estaban por la labor, y cómo. Con un excelente sonido y unas canciones que parecen tener sólo tres velocidades, el cuarteto le sacó un tremendo partido a los temas de su último disco X&Y, de entre los cuales hay que destacar necesariamente el primer sencillo Speed of sound y la excelente White shadows, que fueron los que alcanzaron las cotas más altas de intensidad y emoción. De entre las más antiguas de sus composiciones, Politik, Yellow -durante la cual se soltaron unos enormes globos amarillos llenos de confeti- y, como no, In my place, que fue el plato fuerte del bis con el que regresaron en plan absolutamente triunfal. El grupo agradeció a través de su cantante, el recibimiento que siempre han obtenido en nuestro país. Seguro que la próxima es ya a un campo de fútbol, porque Coldplay está decididamente en alza.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.