La plaza de la discordia
La construcción de una residencia para discapacitados en un parque enfrenta a vecinos, Avapace y el Ayuntamiento
Cada día que pasa parece más difícil reconducir el conflicto surgido por la futura construcción de una residencia para personas con parálisis cerebral en la plaza de José María Orense, junto a la avenida de Blasco Ibáñez de Valencia.
La búsqueda de una solución conjunta entre los vecinos, que se oponen a perder este parque ajardinado, la Asociación Valenciana de Ayuda a la Parálisis Cerebral (Avapace), impulsora del centro, y el Ayuntamiento, ha acabado en vía muerta y ha dado paso a un enfrentamiento cada vez más abierto. Lo que comenzó como un cruce de cartas a los principales diarios de la ciudad, dio paso a una manifestación de los vecinos por el centro de Valencia el fin de semana pasado, una medida a la que ayer respondió un comunicado de Avapace. Y parece que la cosa no quedará así. "Es una barbaridad seguir adelante con el centro, la situación se va a radicalizar", comentaba ayer el portavoz vecinal de la Asociación Parque y Jardín de la Plaza José María Orense de Valencia.
En la nota de prensa remitida ayer, Avapace recuerda que desde 1989 la asociación lleva solicitando al ayuntamiento un solar en la ciudad para contar con una residencia para personas con parálisis cerebral, una dotación de la que carece la ciudad y que cada vez es más necesaria ante el fallecimiento de los padres de personas afectadas que, en muchos casos, se remiten a residencias de la tercera edad. Hace dos años se localizó un solar y en abril de 2005 el consistorio acordó cederlo a la consejería de Bienestar Social para que, a su vez, lo pasara a Avapace. Se trataba de un terreno de 5.000 metros cuadrados grafiado desde 1988 en el Plan General de Ordenación Urbana como sistema local de servicios públicos, por lo que la residencia encajaba en la utilidad adjudicada al solar en los planos. El problema es que ese terreno se había acondicionado como plaza ajardinada, con árboles, bancos y columpios que el barrio había incorporado como propio.
La solución que se planteó fue buscar otro solar. Pero las reuniones dirigidas a tal fin fracasaron. La asociación vecinal apunta al ayuntamiento y el Consell por "no tener voluntad" de buscar otro solar. "¿Cómo se puede decir que no hay solares en Valencia donde se pueda construir la residencia?, es un insulto a la razón", sostiene el portavoz vecinal. Para ellos, la estrategia municipal está clara: "Que se desgasten los vecinos y la asociación y ya veremos luego como actuamos".
Avapace sostiene que nunca se negó al cambio del solar. Pedían que fuera de similares características para poder trasladar el proyecto con rapidez, que cuenta con la financiación de fondos Feder europeos -el presupuesto es de tres millones de euros- que corrían el riesgo de perderse de producirse demoras importantes. "Pero el [solar] que los vecinos nos ofrecieron no reunía los requisitos y requería gestiones que hacía que no se pudiera ejecutar antes del 1 de diciembre, fecha límite para enviar la certificación de la obra y justificar la subvención".
Para el ayuntamiento no hay marcha atrás. "En su día Avapace y Bienestar Social dijeron que no había una alternativa posible porque perderían las ayudas europeas", señaló ayer a este diario el concejal de Urbanismo Jorge Bellver, "¿cómo voy a buscar solares alternativos si no quieren moverse?". La asociación ya ha remitido la licencia "que cumple con toda la normativa del planeamiento" al ayuntamiento. Además, la solicitud de licencia impide la modificación del planeamiento, por lo que "el ayuntamiento da por cerrado el asunto", según Bellver.
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