SIMO dixit
Mientras peregrino por esta romería de pantallas que es SIMO no puedo quitarme de la cabeza que estoy ante el único invento que nadie sabe quién lo inventó, en qué año y cuáles fueron sus imágenes inaugurales. Sólo sabemos una cosa: la pantalla de la TV nació del lado de Jerusalén, del lado del Dios único, y hasta ahora no tuvo tratos con la Atenas de los dioses plurales y mortales. Esta tecno-romería es como una ascensión al monte Olimpo luego de haber sufrido el Gólgota. Y lo que concluyo es que se acabaron las audiencias generalistas que van por el monte solas, y por lo tanto, adiós al sagrado mito de la todopoderosa influencia de la tele, incluido aquel dogma que rezaba "la televisión hace la elección". Estas nuevas pantallas atenienses, esta proliferación de diosecillos digitales, auguran lo contrario al catecismo en el que fuimos educados. Fragmentación de audiencias, desmasificación de la publicidad, profanación de la liturgia del prime time, herejías contra el tótem catódico, paganización de las imágenes exclusivas y proliferación de sectas audiovisuales.
Y punto final también para el llamado "efecto comunidad de vecinos" que secuestraba las conversaciones del día después y nos hacía incurrir en obscenidad: todo un país discutiendo acaloradamente de un mismo programa. Cuando llegaron aquí los primeros realitys de Endemol pareció que regresábamos a los tiempos de la Pantalla Única y cotilleamos con fervor unánime de los expulsados de Gran Hermano. Fue un espejismo. La única realidad es que el patio de vecindad dejó de rumorear al unísono porque ni el último Operación Triunfo ni este Gran Hermano plagado de errores de casting han logrado el pornográfico efecto comunidad de vecinos. Hay fieles catódicos que tienen nostalgia de las enormes audiencias del Dios de Jerusalén, tipo Un dos, tres o Dallas, pero los materialistas publicitarios de Atenas, los nuevos filósofos, saben que el negocio ya no está en aquella masa indiscriminada de fieles, sin target, sino en la suma de targets de las grandes minorías tecno-desmasificadas. SIMO dixit.
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