La M-30 hace pupa al Atlético

"Somos los pupas hasta en esto", alerta Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid. Con esta afirmación, el dirigente refleja el estado de ánimo de muchos aficionados rojiblancos que soportan desde el inicio de la temporada las obras de la M-30 que rodean el Vicente Calderón. Zanjas, vallas, zonas cortadas y un paisaje de grúas rodean el estadio.

Algunas fuentes aseguran que en estas últimas semanas, con la lluvia, el descenso de espectadores se puede cifrar en 15.000 deserciones. Cerezo no quiere dar cifras, pero admite el malestar de la afición. "Nosotros tenemos el aforo prácticamente vendido [por abonos], así que en taquilla no se nota si ha descendido el número de espectadores", cuenta el presidente. "No podría decir si hay 2.000 o 3.000 personas menos, pero está claro que a la gente le incomoda más ahora ir al estadio, sobre todo los días de lluvia".

El pasado sábado fue un día especialmente preocupante para los dirigentes del Atlético y los responsables de la Federación Española de Fútbol. Ese día por la noche España se jugaba en el estadio Vicente Calderón, frente a Eslovaquia, su pase a la fase final del Mundial de fútbol. El campo iba a estar hasta la bandera y, además, a primera hora de la mañana se recibió una llamada del palacio de la Zarzuela para anunciar la presencia en el palco de honor del rey de España y del príncipe de Asturias.

A las medidas de seguridad que se adoptan habitualmente en este tipo de encuentros por la presencia de personalidades se añadió una inspección especial de la zona que debían atravesar don Juan Carlos y su comitiva oficial. "No era cuestión de asegurarnos de que el coche llegara hasta la entrada principal, sino de que no se quedara en una zanja. Se trataba de un problema de seguridad", explica un portavoz de la Federación Española de Fútbol que estuvo encargado de realizar esta tarea. "Ese día fue terrible. Llovió muchísimo en Madrid. El estadio no era capaz de absorber tanta agua. Además, todas las zanjas que hay en los accesos suponían un verdadero peligro para el público", cuenta Cerezo.

El Atlético de Madrid mantiene unas excelentes relaciones con el Ayuntamiento. El pasado sábado, animando a la selección estaba en el palco de honor el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo.

Cerezo y Cobo han mantenido ya alguna reunión para estudiar la posibilidad de que los terrenos sobre los que se levanta el estadio Vicente Calderón sean adquiridos por el municipio para incluirlos en la remodelación de la M-30. A cambio, el Atlético de Madrid vería recalificado algún terreno cercano y jugaría en el estadio de La Peineta, propiedad del Ayuntamiento. Probablemente por eso Cerezo trate de calmar a sus aficionados y sus declaraciones sean contenidas. En las tribunas, en cambio, las voces de protesta suenan altas.

"Las obras son incómodas para todos. No obstante, opino que detrás de las grandes obras llegan los grandes beneficios. Creo que después de esta remodelación disfrutaremos de sus resultados. Ahora nos toca sufrir", señala. Y los que más sufren son los aficionados que vienen desde fuera de la capital. Antes, los autobuses de las peñas quedaban aparcados cerca del estadio Vicente Calderón; ahora, donde pueden. "En algunos casos se tienen que quedar en la Puerta de Toledo o en las calles; allí, por donde sea. Claro, que esta situación es incómoda y probablemente algunos aficionados sientan pereza por eso, sobre todo a la hora de pensar cómo salir de la zona después del partido", cuenta el presidente.

Los autobuses no pasan cerca, no hay metro próximo y los coches no pueden llegar hasta el estadio; los taxis ni lo intentan. La noche, las zanjas y estos días de lluvia han convertido llegar o salir del Calderón en todo un acto de heroicidad. Cerezo ha explicado que el club rojiblanco está en conversaciones con el Ayuntamiento para intentar paliar la situación: "Pero es difícil en estos momentos".