_
_
_
_
_
Reportaje:

Medio siglo de cultura alemana

El Goethe-Institut celebra sus 50 años en Barcelona con un acto en el Liceo

Decía Carlos Gardel en un tango que "veinte años no es nada", y quizá tenía razón. Ahora bien, cumplir los 50 ya es asunto de mayor enjundia. Eso debieron de pensar los responsables del Goethe-Institut de Barcelona, que decidieron celebrar su cumpleaños el pasado miércoles con una fiesta en el Saló dels Miralls del Liceo. En un escenario presidido por la inscripción "el arte no tiene patria" y bajo un retrato del compositor Glück, la música y la palabra se dieron la mano para festejar la larga relación de esta institución cultural con Barcelona.

La Música callada de Frederic Mompou, interpretada a ritmo de jazz por el trío Beirach-Hübner-Hübner, abrió con elegancia una velada en la que, bajo la presidencia de la consejera de Cultura, Caterina Mieras, tomaron la palabra el actual director del Goethe-Institut, Ulrich Braess; el secretario de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, Georg Boomgaarden, y la presidenta del Goethe-Institut, Jutta Limbach. "España es un país enormemente popular en Alemania", dijo Boomgaarden, "y no sólo por los 10 millones de turistas alemanes que recibe cada año, sino también por su cultura".

El Goethe-Institut, dedicado a promocionar la lengua y la cultura alemanas, empezó a funcionar en Barcelona el 1 de noviembre de 1955, gracias al empuje de Rosemarie Hess, que consiguió reunir una biblioteca alemana en un piso de la calle de València. En 1960 la biblioteca pasó a denominarse Instituto Alemán de Cultura y se distinguió, en pleno franquismo, por promover las ideas democráticas. En 1998, tras varios cambios de ubicación, el instituto se estableció en su actual sede de la calle de Manso y se calcula que desde su fundación han estudiado alemán en sus aulas más de 150.000 alumnos.

Entre los personajes de renombre que han pasado por el Goethe-Institut figuran Günter Grass, Hans Magnus Enzensberger, Pina Bausch y Ulrick Bech. Aunque la lengua alemana no figura entre las preferidas de los españoles, observó Boomgaarden: "Hay una contradicción en el hecho de que sólo el 1% de los estudiantes españoles opten por el alemán, una lengua con fama de difícil, y que el 14% de los becarios de Erasmus elijan Alemania para estudiar. Ellos aprenden la lengua sin demasiados problemas".

Jutta Limbach apuntó que "el amor de los alemanes a España no se agota con el deseo de luz y sol". Precisó que la pintura y la literatura españolas siempre han sido valoradas por los alemanes y agregó que en los últimos tiempos ha ganado mucho prestigio la cocina. "En una reciente encuesta, una mayoría de alemanes señaló a España como el país con más futuro gastronómico, y más en concreto a Cataluña y a Barcelona".

Cesc Gelabert, que habló en nombre de los artistas catalanes que han mantenido relación con el Goethe-Institut, elogió el empuje dado por esta institución a los distintos ámbitos de la cultura. La música experimental de Josep Maria Balanyà, una tarta de aniversario y un brindis por los 50 años pasados y por el futuro redondearon la fiesta.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_