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Abierta al tráfico la nueva conexión de los barrios del norte con la M-40

Gallardón dice que la obra descongestionará la zona, pero algunos vecinos se quejan de ella

La avenida del Ventisquero de la Condesa, en el distrito de Fuencarral, tiene desde ayer un nuevo tramo de unos 600 metros de longitud que la conecta con la vía de circunvalación M-40. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, inauguró la prolongación de esa calle -previa demolición del poblado chabolista de Pitis- y afirmó que dará servicio a 12.000 conductores de los barrios de Mirasierra, Arroyo Fresno y Montecarmelo que usan a diario el "congestionado" viario interior de Fuencarral-El Pardo para salir del distrito. La Asociación de Vecinos de Arroyo Fresno, sin embargo, critica la obra porque teme que convierta Ventisquero de la Condesa en una "peligrosa" vía rápida y llene el barrio de coches.

Los trabajos, iniciados hace 19 meses, han costado nueve millones de euros y han incluido la demolición de 160 chabolas del poblado de Pitis, sobre cuyos escombros ha sido construida la nueva vía.

El alcalde destacó que 110 familias que malvivían allí han sido realojadas, y subrayó que eso forma parte de la política municipal de "erradicación del chabolismo y la infravivienda", que en 2006 contará con un presupuesto de 18 millones de euros (sobre un presupuesto de 7.000).

Pero Gallardón no pudo afirmar que el poblado haya sido desmantelado: los ocupantes de tres chabolas se resisten a marcharse, y para tirar esos tres chamizos el Ayuntamiento debe conseguir una orden judicial.

La obra inaugurada ha consistido en prolongar unos 600 metros la avenida del Ventisquero de la Condesa, desde el cruce con la avenida de Arroyo del Fresno hasta la M-40. El objetivo, crear un enlace directo para que los vecinos de Mirasierra -y de los futuros ensanches de Montecarmelo y Arroyo Fresno- lleguen antes a la carretera de circunvalación. "La nueva conexión descongestionará el viario interior de esa zona del norte, canalizando todo el tráfico local desde y hacia la M-40", afirmó el alcalde.

Manuel Arnaiz, director general de Infraestructuras, lo explicó así: "Hasta ahora, el conductor que quería salir del barrio y tomar la M-40 en sentido hacia el este debía coger la avenida del Cardenal Herrera Oria y meterse en el nudo de Manoteras. Para alcanzar la M-40 en sentido oeste era necesario bajar casi hasta el cruce con la autovía de A Coruña. Es una vuelta enorme. A partir de hoy [por ayer], todos estos conductores, unos 12.000 al día, tienen una conexión directa con la M-40".

Enlace con la M-30

La prolongación de Ventisquero de la Condesa -una obra que, según recalcó el alcalde, se ha hecho "sin talar un solo árbol" y sí plantando un centenar- es sólo "la primera parte" de un proyecto mayor que consiste en convertir esa avenida en un enlace entre la M-30 y la M-40; en el extremo contrario al inaugurado ayer la Concejalía de Urbanismo está construyendo un túnel que recogerá parte del tráfico de la avenida de la Ilustración (el nombre que recibe la M-30 en su eje norte). Esa obra no estará terminada hasta "la primavera de 2007".

Contra ambos proyectos se pronuncia la Asociación de Vecinos de Arroyo Fresno, integrada por residentes de los bloques adyacentes al Ventisquero de la Condesa. "Van a usar el barrio como conexión entre las dos carreteras de circunvalación. Esto se llenará de coches y Ventisquero se convertirá en una vía rápida, con el peligro que eso conlleva en una calle que tiene varios colegios, centros médicos y de mayores. Cuando esté construido el túnel, los coches pasarán por aquí a toda velocidad", protesta Marga Latorre, una de las vecinas.

Latorre afirma que han pedido al Ayuntamiento que, "por lo menos", ponga a lo largo de la avenida pasos de cebra elevados, para obligar a los conductores a ralentizar la marcha. Pero eso no se hará. "Esos pasos sólo existen en algunos puntos muy concretos del centro. Aquí no será necesario. A la salida del futuro túnel habrá un semáforo y no existirá ningún peligro", asegura Arnaiz.

El director general admite que el Ventisquero de la Condesa va a pasar de tener "un tráfico residual" a convertirse en un canalizador de tráfico ajeno, y entiende que eso moleste "a los vecinos más afectados". "Pero era una obra necesaria", insiste.

Por otra parte, la región sufrió ayer el segundo día de atascos intensos debido a la lluvia. A las 9.30, en plena hora punta, las retenciones sumaban 117 kilómetros, según cálculos de Europa Press. Al menos 10 carreteras importantes de la Comunidad presentaban atascos (las seis autopistas radiales, la M-40, la A-42, la M-607 y la M-503), y lo mismo ocurría en 15 zonas dentro de la capital. Un portavoz municipal explicó que ayer se registró la misma intensidad de tráfico que un lunes, el día que más coches salen a la calle. Este mismo portavoz pidió a los madrileños que utilicen más el transporte público cuando llueva, justo al contrario de la tendencia habitual.

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