El cliente es el "cómplice"

Los españoles se gastan al día cerca de cincuenta millones de euros en mantener relaciones sexuales con prostitutas, según un informe reciente de la Asociación Nacional de Empresarios de Alterne. Cada varón emplea en estas prácticas 1.200 euros al año. Estos números no incluyen la venta de preservativos, revistas, vídeos y turismo sexual.

Para Mila Ramos, estas cifras demuestran que el usuario es "cómplice" de la explotación sexual de miles de mujeres: "Los clientes deben tener conciencia plena de que las mujeres a las que pagan son víctimas de la violencia de género y de la explotación. Por tanto, en primera instancia, son cómplices de esta vulneración de los derechos humanos. Hasta que no se conciencien de ello no se podrán minimizar quizás los efectos". Ramos añade: "Mientras haya demanda seguirá la posibilidad de que esta esclavitud del siglo XXI sea un hecho y no se erradique. Es sustancialmente importante la educación ciudadana y la sensibilización que tengamos los hombres y mujeres en los países desarrollados para acabar con esta lacra".

La ONG Mujeres en Zona de Conflicto desarrollará debates en colegios, repartirá guías informativas, postales, tarjetas y acercarán su mensaje a todos los foros sociales, educativos y, también, policiales, a los que exigen una respuesta "más contundente". "La actuación de los cuerpos de seguridad nunca es proporcional con el problema, como nunca es proporcional ninguno de los delitos que se cometen. El delito es siempre superior a los medios que se están empleando", sostiene Ramos.

La representante de la ONG enumera tres medidas necesarias: "Se necesitarían fuerzas especiales contra los tratantes y explotadores. Sería importante una acción internacional concertada con convenios de frontera para que la mujer detenida no vaya a la cárcel y evitar así que la víctima se convierta en delincuente, y que se cumplan determinados protocolos de actuación que ya existen".