_
_
_
_
_

Continuidad asegurada, aspiración internacional

Los participantes del Salón del Libro de Barcelona han coincidido en destacar la necesidad de dotar a la capital catalana de una feria literaria que sustituyera a la antigua del paseo de Gràcia y se sumara a la fiesta de Sant Jordi. "La feria del paseo de Gràcia se convirtió en una tienda de enciclopedias y no satisfacía a nadie. Se celebraba en fechas próximas a Sant Jordi, algo muy negativo. Por eso decidimos trasladar el nuevo salón al otoño, lo que ha sido un acierto. En principio, la celebración de este encuentro estaba asegurada hasta 2008, aunque la respuesta del público nos permite pensar que permanecerá siempre", aventura Sanglas.

Otro de los objetivos por los que trabajarán los organizadores del salón será dotarlo de proyección internacional. "Quizá no nos explicamos bien al principio. Cuando dijimos que queríamos convertir el salón en un referente internacional, nos referíamos al deseo de consolidarlo y no a la presencia de editoriales extranjeras. Aquí se realiza venta directa al público y no tendrían clientes. En esta primera edición quisimos incluir una representación de editores del norte de África para atraer a los inmigrantes. Finalmente no lo conseguimos, pero estarán en el futuro. También hemos mantenido contactos con ferias como las de Francfort y Guadalajara".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_